La Comisión se pliega ante Francia por la expulsión de gitanos
El Colegio de Comisarios se limita a pedir más información sobre el trato a los gitanos de origen rumano expulsados
En francés existe la afortunada expresión de “coup de théâtre” para definir sucesos como la decisión adoptada el miércoles por la Comisión Europea. La decisión o, para ser más exactos, la “no decisión”, puesto que todo lo que el Colegio de Comisarios ha acordado por ... unanimidad es pedir más información a Francia sobre los detalles del trato dado a los gitanos de origen rumano expulsados de su territorio. La Comisión reconoce que es cierto que Francia no ha trasladado corectamente a su legislación nacional los preceptos de la directiva europea sobre libre circulación de personas de 2004. Pero, pese a todo, aplaza hasta mediados de octubre la eventualidad de iniciar un procedimiento sancionador, para dar así tiempo a Paris a resolver esas deficiencias..
La decisión del Colegio de Comisarios se resume en un documento de más de dos folios en el que se repiten las mismas generalidades que se habían afirmado hasta ahora sobre el papel de la Comisión en la defensa de la legalidad comunitaria, así como el derecho de los países miembros a hacer lo que consideren necesario para garantizar la cohesión, seguridad y estabilidad interna. La Comisión dice que ha recibido garantías “al más alto nivel”, en las que el presidente francés, Nicolás Sarkozy, les habría explicado perfectamente sus posiciones. Como consecuencia de esa intervención, el proceso se ha quedado en pedir a Francia respuesta a “nuevas preguntas” a través de una "carta de apercibimiento" en la que no se menciona la palabra sanciones .
Mientras este documento se leía en la sala de prensa de la Comisión, la vicepresidenta Viviane Reding, la que puso a todo el "establishment" bruselense patas arriba con sus puñetazos sobre la mesa y su “enough is enough”, ha recibido aparte a un grupo de periodistas franceses para poder salvar la cara asegurando que, tal como ella había adelantado, “la Comisión ha abierto un procedimiento de infracción contra Francia”. En realidad, lo único que se le dice es que tiene de plazo hasta el 15 de octubre para "ponerse en orden" y dar respuesta a la carta de la Comisión.
Para más escarnio, la Comisión se centra en considerar que Francia "no ha traspuesto adecuadamente” la directiva sobre libre circulación de personas pero, contrariamente a lo que dice Reding, no hay todavía procedimiento sancionador alguno puesto que este solo se pondría en marcha si antes del 15 de agosto Francia no ha resuelto las deficiencias que la Comisión le señala.
La carta a Francia entraría en el esperado paquete en el que la Comisión piensa revisar todas las legislaciones europeas sobre libre circulación de personas. Es decir, que a este paso podría darse el caso de que hubiera incluso países con los que la Comisión actúa con más severidad que con Francia... al menos sin tantas contemplaciones.
En todo caso, ni rastro hay en esta no decisión de la Comisión de los "indicios" que advertía la comisaria luxemburguesa la semana pasada de vulneración del principio de libre circulación de las personas, apercibido en especial en una circular que recibieron en agosto las autoridades policiales galas y que daba orden de expulsar a familias enteras en función de su pertenencia a la etnia romaní.
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