Encuentran cuatro cadáveres más en aguas del Jónico, en la zona del naufragio del pasado miércoles

Por otra parte, las labores de identificación de los 78 cuerpos sin vida recuperados el pasado miércoles sigue adelante. Decenas de parientes y amigos de los desaparecidos han llegado a la capital helena para buscar a sus seres queridos. El Ministerio de Migraciones y Asilo en colaboración con el Centro de Identificación de Víctimas de Catástrofes ha habilitado una línea telefónica y un centro de recibimiento de los familiares en los que se atiende durante 24 horas a todos aquellos parientes de primer grado que estén buscando a algún familiar desaparecido tras el trágico naufragio.

ABC ha visitado este centro y ha hablado con el responsable de las labores de gestión del grupo quien ha explicado que el proceso, realizado por un grupo de policías que trabaja de forma voluntaria, comienza con la recogida de datos en un extenso formulario de 12 páginas en el que se describe, con todo detalle, a la persona desaparecida (descripción física, historial médico, indumentaria que llevaba, tatuajes o perforaciones, etc.). El siguiente paso es recoger una muestra de AND de los familiares de primer grado para cotejarlos con las muestras biológicas obtenidas de los cadáveres. Por último, cuando los datos del laboratorio confirman que los análisis de ADN, huellas dactilares y la descripción de la mandíbula coinciden, entonces trasmiten los resultados a los familiares.

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«En el caso de los desaparecidos que no hemos conseguido recuperar el cuerpo sin vida, el procedimiento es el mismo. Se rellena el cuestionario y se toman las muestras de ADN de los parientes que denuncian la desaparición. Como nuestros equipos tienen mucha experiencia en los procesos de investigación, sabemos cuándo la persona desaparecida está relacionada con el caso que estamos tratando», explica el responsable del equipo de identificación que prefiere no revelar su nombre.

En los casos en los que ni los propios familiares de los desaparecidos sabían que viajaban en la embarcación «lo que hacemos es publicar comunicados de prensa e informar a los consulados generales de los países que están implicados, en este caso -Pakistán, Egipto, Libia, Siria y Palestina- para que difundan la información. En el caso de que los familiares residan en zonas alejadas o en las que las autoridades no puedan acceder porque exista un conflicto armado o una situación parecida, nos apoyamos en organizaciones humanitarias como Cruz Roja para la difusión de la información y la recogida de datos o análisis biológicos de los familiares de primer grado. «Es un proceso delicado y difícil que puede durar hasta 6 meses aunque en los próximos 15 días habremos logrado el 80% de las identificaciones», aclara.

Decenas de familiares de los desaparecidos buscan a sus seres queridos en el Centro de Recepción e Identificación de Malakasa.

Durante la mañana del lunes, ABC acudió a la sede del Centro de Recepción e Identificación de Malakasa, al norte de Atenas donde el pasado sábado fueron trasladados los supervivientes del naufragio. Desde el Ministerio de Migraciones y Asilo nos informan que los medios de comunicación no podemos acceder a las instalaciones ni hablar con los supervivientes, «están aún en estado de shock, intentando colocar lo vivido», cuenta Yorgos Mijailidis, portavoz del Ministerio.

Por su parte, Avra Fialas, doctora de Médicos Sin Fronteras Grecia nos informa de que muchos de los supervivientes han empezado a hablar y a contar a los psicólogos su experiencia durante las semanas que ha durado su travesía desde que abandonaron sus países de origen. «Muchos de ellos han estado varias semanas en Libia, donde han sufrido todo tipo de torturas físicas por parte de los traficantes», explica.

Al centro de Malakasa se han acercado decenas de familiares para buscar a sus seres queridos. Es el caso de Zohaib, joven paquistaní residente en Lérida que está buscando a su tío paterno, Nadeem de 40 años que partió de Pakistán hace algo más de 20 días. «No sabemos nada de él y mi madre lo está pasando fatal», nos comenta emocionado. Zohaib no tiene muy claro qué es lo que tiene que hacer o donde acudir. «Llevo todo el día intentando saber cuál es proceso que tengo que seguir y tengo la sensación de que me están tomando el pelo, la verdad», comenta indignado Zohaid.

Imtiz también ha llegado desde España, desde Manresa, donde reside desde hace más de 20 años. «Estoy buscando al hijo de mi sobrino», explica a ABC mientras nos muestra una fotografía del joven de tan solo 18 años. Imtiz ha conseguido localizar a otro pariente lejano, un joven de 23 años en la lista de supervivientes y espera ante la reja del centro de Malakasa para poder entrar a hablar con él.

Dimitris Papanikolau, asistente Jefe de Misión de MSF, explica a ABC que desde que los supervivientes fueron trasladados al Centro de Malakasa, han atendido casos de gastroenteritis, deshidratación pero que sobre todo los psicólogos son los que están realizando labores más relevantes. «Están en shock y con mucha angustia porque no saben si los familiares y amigos que viajaban con ellos consiguieron sobrevivir al naufragio», comenta. «No quieren hablar sobre el naufragio, han empezado a contarnos las palizas y maltrato que sufrieron durante su estancia en Libia por parte de los traficantes», añade este joven médico que cree que el tráfico accidente se debe a las políticas migratorias europeas, «Como MSF exigimos que los esfuerzos de búsqueda y rescate en el Mediterráneo estén coordinados para que catástrofes como esta no vuelvan a suceder», añade.

Este martes se esperaba que los 9 detenidos por el naufragio del Adriana testifiquen ante la fiscalía de Kalamata. Todos ellos son de nacionalidad egipcia entre edades comprendidas entre los 20 y 40 años y se enfrentan a penas que superarían los 40 años de encarcelamiento por un delito de tráfico ilegal de personas, por causar el naufragio y por poner en riesgo vidas humanas.