naufragio en grecia
Emotivo reencuentro de dos hermanos en Kalamata: «Aziz no está aquí. Lo encontraremos, es el destino»
Fathi y Mohamed vuelven a estar juntos tras el trágico naufragio en el mar Jónico que, de momento, ha dejado 78 muertos y centenares de desaparecidos, entre ellos su cuñado
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Iniciar sesiónSiete de la mañana. En la vieja nave portuaria de Kalamata los 71 supervivientes del trágico naufragio ocurrido frente a las costas del Peloponeso esperan pacientemente a los autobuses que les trasladarán al Centro de Recepción e Identificación de Malakasa, al norte de Atenas. ... Sus caras son un poema quemado por el sol. Hay mucha preocupación. Algunos se abrazan por la ansiedad que les supone no tener noticias de los desaparecidos -varios cientos, probablemente nunca sabremos la cifra exacta- que fueron engullidos por el mar Jónico, y también por la incertidumbre de un futuro en la capital de Grecia que no es el que esperaban. En Kalamata permanecen aún los 25 inmigrantes que necesitaron hospitalización, y los 9 detenidos por tráfico de seres humanos, incluyendo el capitán del pesquero que se fue a pique.
De repente, un joven sirio empieza a gritar un nombre: «¡Mohamed, Mohamed!». Los rescatados se giran hacia esa dirección. Uno de ellos, con cara de asombro, se acerca a la verja que separa la destartalada nave de la prensa y los curiosos que se han acercado hasta el puerto. ¡El que da voces es su hermano mayor, Fathi! Los dos parientes se abrazan a través de los barrotes, se besan emocionados y, entre lágrimas, Fathi le dice al alevín de la familia que todo va a salir bien. «Aziz no está aquí», comenta Mohamed con el rostro desencajado refiriéndose al marido de su hermana, que también viajaba en la embarcación. «Doy gracias a Dios por salvarte. No te preocupes, todo está bien, lo encontraremos. Es el destino», le consuela Fathi, mientras le acaricia la cara comida por las llagas.
En 2021, el joven Mohamed, hoy con 18 años, empezó su periplo para abandonar Siria, país donde su familia palestina encontró refugio. El joven consiguió la semana pasada llegar a Libia, donde se embarcó en el viejo barco pesquero con su cuñado Aziz Ahmat y otros cientos de personas rumbo a Italia. Una vez allí, tenían previsto llegar hasta Holanda, donde se encontrarían con su hermano Fathi, que emigró hace varios años buscando una vida mejor. Tras el feliz encuentro, Fathi nos comenta que está buscando a su cuñado y que va a ir al hospital para ver si lo encuentra entre los heridos. Antes de marcharse llama a su hermana para darle la noticia de que Mohamed está vivo.
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Los supervivientes han podido, gracias a Cruz Roja, contactar por teléfono con sus familiares. «Ha habido un patrón que se ha repetido durante todas las llamadas: durante el primer minuto no podían articular palabra, simplemente lloraban», comenta a ABC Aikaterini Tsatá, enfermera de Cruz Roja. Tsatá fue la encargada de llevar a uno de los menores supervivientes al hospital de Kalamata. Entre sollozos se abrazó a ella mientras repetía «necesito estar con mi madre».
Solidaridad
En el interior de la nave que ha sido improvisada clínica y lugar de descanso durante casi dos días se amontonan los colchones y las mantas. Las bolsas llenas de ropa, zapatos y enseres de higiene personal dan fe de la solidaridad de los habitantes de esta pequeña localidad costera, que se han volcado para ayudar a los supervivientes. «Llegaron en estado de 'shock'», nos comenta Eva, psicóloga, que ha estado dando apoyo a las víctimas. «Hemos visto cómo estas personas transitaban de unos estados emocionales a otros: la perplejidad, el miedo, felicidad tras hablar con sus familiares y, ahora, que están a punto de partir para Atenas, vuelven a tener miedo y preocupación».
Los voluntarios y trabajadores humanitarios que han atendido a los supervivientes en Kalamata han escuchado testimonios de todo tipo. Algunos dicen que el patrullero de la Guardia Costera lo único que hizo fue arrojar agua y comida a los pasajeros del barco siniestrado; otros aseguran que sí les ofrecieron un cabo para remolcarlos.
Tasos Polijronópulos, habitante de Kalamata, ha conseguido localizar en la lista de superviviente al sobrino de una amiga siria que reside en Argentina. Se trata de Arnjad Esper, un joven de 24 años que se acaba de licenciar en Odontología y que partió el pasado viernes con un amigo rumbo a Italia. Polijronópulos dice que el joven le ha contado que la Guardia Costera arrojó una cuerda a la embarcación y que ésta volcó mientras era remolcada. «Si esto se confirma, la versión de las autoridades griegas sería falsa», afirma. «También me ha dicho que, cuando el barco estaba a punto de zarpar, escuchó decir al capitán que había 750 personas a bordo», añade.
Por su parte, el fiscal encargado del caso ha decretado el secreto de sumario mientras dura la investigación. Hoy termina el plazo de 72 horas que el operativo de rescate tiene para buscar supervivientes y recuperar cadáveres. No obstante, la gran profundidad del mar en el lugar donde se produjo el naufragio y la lejanía de la costa hacen que la posibilidad de encontrar más inmigrantes con vida sea prácticamente nula.
Otro barco en la zona
El jueves fueron detenidos nueve ciudadanos egipcios que viajaban en el pesquero y que, según la autoridad portuaria de Kalamata, estarían implicados en el tráfico ilegal de los inmigrantes. El interrogatorio finalizó la madrugada de ayer en la sede de la Guardia Costera.
Los detenidos, varones de edades comprendidas entre los 20 y 40 años, declararán el próximo lunes ante la fiscalía. Sobre ellos pueden caer cargos muy graves, entre los que destacan pertenencia a banda organizada, tráfico de seres humanos, introducción ilegal de personas en Grecia y provocar el naufragio de la embarcación. Uno de los detenidos tuvo que ser ingresado en el hospital por problemas de salud, según informó a ABC una portavoz del Ministerio Marítimo de Grecia. Esa misma fuente reveló que durante la tarde de ayer se localizó una embarcación con unos 100 inmigrantes en aguas abiertas en Pylos, en la línea que separa las aguas griegas de las italianas, y que ambos países estarían gestionando en conjunto las labores de rescate.
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