Eduardo Bolsonaro: «A Lula y Pedro Sánchez solo les interesa mantenerse en el poder»

—Usted acaba de hablar en el Congreso Político de Acción Conservadora en Washington pidiendo a la comunidad internacional que intervenga en Brasil ante lo que describe como destrucción de la democracia. ¿En qué se basa para hacer esa afirmación?

—Los dos poderes, el ejecutivo y el judicial, están juntos haciendo persecuciones contra los conservadores. Mi intención es denunciar lo que está pasando en Brasil, cosas como la ridícula persecución contra Jair Bolsonaro por supuestamente haberse acercado a una ballena en el mar. Sí, sí. La ministra para el Medio Ambiente de Lula da Silva (la excandidata a la presidencia Marina Silva) presentó una denuncia contra Jair Bolsonaro porque hay un delito en Brasil que se llama el disturbio de molestar a la ballena y este crimen lleva a una condena de dos a cinco años de cárcel.

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—Eso parece una broma. (El 27 de febrero, tras la entrevista, la agencia AP publicó que efectivamente Bolsonaro está siendo investigado porque una lancha a motor suya pasó a menos de 100 metros de una ballena jorobada).

—Es real. Lo digo y no lo creen. Es increíble que estas cosas estén pasando en Brasil, pero encima la persecución es tan grande que hasta se está hablando de la posibilidad de que Alexandre de Moraes, el juez del Supremo de Brasil, envíe a mi padre a la cárcel porque ya no hay debido proceso. Las cosas ya están muy afuera de la Constitución.

—Pero, si no me equivoco, el juez De Moraes instruye la causa por presunto intento de insurrección en 2023.

—Dicen que mi padre está involucrado en lo que pasó el 8 de enero de 2023 en Brasil, dicen que fue un golpe de Estado… ¿Qué golpe de Estado? Está fuera del poder. ¿Ha visto usted las imágenes de ese supuesto golpe? ¿Qué golpe va a dar alguien con viejitas, mujeres y hasta niños, sin armas? El 8 de enero, en Brasil no hubo un solo disparo.

—Pues parece algo muy similar a lo que pasó aquí en Washington en el Capitolio el 6 de enero de 2021. Es una causa por insurrección.

—El caso es muy similar en el sentido de que es una mentira, pero mire, aquí sí murió una mujer, a la que mataron los policías (Ashley Babbitt). En Brasil han mandado a prisión a mujeres de 60 años, a personas que viven en la calle, consideran terroristas a las viejitas. Esto es una locura. Están destruyendo vidas de familias por nada.

—Entiendo que viene a Washington a explicar todo esto porque a su padre no le quedan más opciones… Su causa está en el Supremo.

—En Brasil ya no vale la pena apelar porque no hay a quién recurrir. Es el Supremo el que procesa a las personas. Esto ya no es una democracia. No tienes dónde recurrir ni a quién pedir ayuda.

—El presidente Lula ha apoyado de una forma decisiva a Nicolás Maduro. Ha dicho que el dictador es en realidad víctima de narrativas. ¿A qué cree que se refería?

—Lula es un psicópata. Realmente cree que, si se consigue formar una narrativa, esta narrativa cambia la realidad. Lo que dijo es que Maduro tiene que formar su narrativa y que después de esto ya puede hacer lo que quiera. Entienda que en Brasil lo que tenemos es un presidente que tiene conexiones con Hamás, que no respeta a los judíos, que relativiza el Holocausto. Sobre Venezuela, es una locura, pues el 20 por ciento del país se ha ido por el hambre, es un país ya más pobre que Haití. ¿Qué narrativa es esa? (En 2019 una encuesta reveló que el 19% habÌa abandonado Venezuela).

—Su padre se opuso frontalmente a Maduro, se unió a las sanciones. ¿Por qué cree que Lula se le acerca ahora?

—Lula quiere que Maduro sea un líder respetable porque comparten la misma ideología. Maduro se formó en Cuba, por eso. Todo pasa por Cuba.

—¿Puede mejorar ese acercamiento el comercio? 

—Brasil está volviendo a ser la vaca gorda de la región. Están enviando la plata de los contribuyentes de Brasil, los impuestos, para todos esos países como Venezuela o Cuba. Seguramente, más adelante, si aún tenemos un poco de policía y de justicia, vamos a ver escándalos de corrupción de nuevo.

—Usted tiene una buena relación con Santiago Abascal, el presidente de Vox. ¿Es su referente en lo que sería una base política para una relación bilateral con España?

—Sigo muy de cerca lo que pasa en España. Pedro Sánchez es una persona que no tiene vergüenza; vi un montón de vídeos de él diciendo justo lo contrario de lo que está haciendo ahora con la amnistía. España y Brasil tienen los mismos problemas. Sánchez y Lula no se preocupan por las personas, sino por mantenerse en el poder para seguir adelante con su locura, su ingeniería social. Me siento muy cercano a los amigos de Vox, incluso agradezco un montón a Hermann Tertsch, que recientemente invitó a mi padre a eventos en España y hasta en Bruselas si es posible.

—Pero su padre no puede viajar.

—Para que pueda hacer oposición en el escenario internacional, el juez De Moraes tiene que devolverle su pasaporte. Es otro de los abusos.