Dos modelos frente a frente: la 'democracia institucional' de Macron y la 'social' de los sindicatos
Reforma de las pensiones
La movilización de este Jueves santo se convertirá en un 'vía crucis' para Macron o los sindicatos, según haya más o menos manifestantes
Emmanuel Macron, presidente de Francia
La undécima jornada de huelgas y manifestaciones contra la reforma del sistema nacional de pensiones, aprobada con un decretazo, sin voto parlamentario, se ha transformado en un choque frontal entre la «democracia social» que defienden los sindicatos y la «democracia institucional» que defiende ... Emmanuel Macron.
Entre las 9 de la mañana y las 8 de la tarde de este jueves, más de 300 manifestaciones, en París y toda Francia, protestarán contra la reforma, exigiendo la «retirada completa» del proyecto de Ley aprobada con un «decretazo» que forma parte de los recursos institucionales de la V república. Trenes, transportes y servicios públicos sufren trastornos significativos, alejadísimos de la «parálisis» que pretenden los sindicatos.
En vísperas de esta nueva jornada de huelgas y manifestaciones, Laurent Berger, primer secretario de la CFDT, primer sindicato de Francia, declaró: «La crisis social se está transformando en crisis democrática. El gobierno debe rechazar una reforma de las pensiones que no aceptan los sindicatos ni una mayoría de franceses. El gobierno está violando la democracia social». Los sindicatos entienden por «democracia social» la suma de sus manifestantes y los sondeos, hostiles a Macron.
Desde Pekín, Emmanuel Macron le respondió a última hora de la mañana de este jueves: «El proyecto de Ley fue aprobado siguiendo todos los pasos de nuestro sistema democrático. Y hemos pedido al Tribunal Constitucional que apruebe la reforma. Que no vengan a hablarme de la movilización sindical. Es un nivel históricamente bajo, en todos los sectores la educación nacional, la energía, los transportes, sin hablar del sector privado, donde no hay ninguna movilización. ¡No es cierto que haya gran movilización sindical!».
Millones de manifestantes
Élisabeth Borne, primera ministra, se reunió martes y miércoles con todas las centrales sindicales. Sin éxito. Borne confirmó que el proyecto de reforma del sistema nacional de pensiones puede matizarse. Pero considera «intocable» el punto capital: la jubilación debe pasar de 60 a 64 años. Los sindicatos consideran «intolerable» la jubilación a los 64 años, la más baja de Europa. Y denuncian una «crisis democrática».
El pasado 28 de marzo se manifestaron en toda Francia (68 millones de habitantes) entre 740.000 y dos millones de personas. Cinco días antes, la jornada de protestas reunión entre 1 y 3,5 millones de manifestantes. Cifras evidentemente modestas. La movilización de este Jueves santo se convertirá en un 'vía crucis' para Macron o los sindicatos, según haya más o menos manifestantes.
El Tribunal Constitucional debe anunciar el próximo día 14 si considera que el proyecto de reforma respeta o no respeta el orden institucional. Mientras tanto, la guerra de posiciones entre Macron y los sindicatos continúa agrietando el paisaje social, sindical y político de Francia.