Dinamarca prohíbe todas las banderas extranjeras para garantizar la «superioridad» de la suya

Sus vecinos, que no compartían sus gustos musicales, le pusieron una denuncia, especialmente molestos por el hecho de que la bandera americana no fuese sustituida por la danesa ni siquiera el 9 de abril, la fecha en que Dinamarca conmemora el ataque y ocupación por parte de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial y en la que el Dannebrog ondea inicialmente a media asta y después a toda asta, según la tradición.

Se desató en el país un debate nacional sobre el derecho a izar en suelo danés banderas extranjeras. El caso, muy mediático, terminó llegando hasta el Tribunal Supremo, que el 22 de junio de 2023 dictaminó, de paso, que la prohibición entonces aplicable, relativa a una orden ejecutiva de 1915, que hacía a su vez referencia a una resolución real de 1854, cuya redacción incorporaba otra de 1833; no tenía ya la base jurídica necesaria: una prohibición de bandera no podía basarse en resoluciones reales de la época de la monarquía absoluta.

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Puso en marcha así un mecanismo legislativo que concluyó en la nueva normativa que entrará en vigor el próximo 1 de enero y que prohíbe izar banderas extranjeras en Dinamarca, salvo contadas excepciones. Se formó una alianza entre partidos en el Folketing, el Parlamento de Copenhague, para reintroducir con una nueva ley el monopolio de Dannebrog. Al frente de la iniciativa, socialdemócrata y ministro de Justicia, Peter Hummelgaard.

El objetivo de la nueva normativa es garantizar la soberanía y superioridad sobre el resto de las banderas del Dannebrog, la bandera danesa, la cruz blanca sobre fondo rojo, «el símbolo nacional más importante que tenemos en Dinamarca« en palabras del propio Hummelgaard. De hecho, la bandera roja y blanca no sólo ondea delante de casi todas las casas, sino que luce además en la ropa, los adornos navideños e incluso en las tartas de cumpleaños de muchos daneses, orgullosos de la que consideran la bandera nacional más antigua del mundo y que haya representado al Reino de Dinamarca durante más de 800 años.

La nueva normativa permite excepciones, como las banderas que ondean en las embajadas extranjeras, pero estará prohibido y será penado izar la bandera en un asta para ciudadanos, empresas, asociaciones, instituciones o grupos enarbolar las banderas nacionales y regionales de otros países, así como las banderas que puedan equipararse a estas por parte de cualquier colectivo. Asimismo, la policía podrá otorgar permisos específicos para enarbolar banderas extranjeras previa solicitud y, en situaciones extraordinarias, el Ministerio de Justicia podrá eximir a las banderas de la prohibición. A la luz de la guerra en Ucrania, el ministro de Justicia ha fijado como primera excepción la bandera ucraniana.

Las primeras afectadas por la prohibición serán, con la llegada del nuevo año, las que a menudo aparecen en los centros de refugiados. Porque la mayoría de banderas que extranjeras que se izan en el país no está relacionadas con la música 'hillbilly', sino que sirven de símbolo de identidad a los extranjeros que llegan a Dinamarca.

Según los datos de la Oficina de Estadísticas de Dinamarca viven 952.200 inmigrantes y sus descendientes en el país, el 23% de la población. Algo más de 129.000 de ellos viven en los 14 municipios de Jutlandia del Sur, donde predominan los alemanes. Los polacos se concentran en los municipios de Esbjerg, Vejle, Hedensted y Horsens. En Veje, Billund y Varde, los grupos de inmigrantes más numerosos son de origen rumano. En Aabenraa, priman los inmigrantes de Bosnia y Herzegovina son los más numerosos, mientras que el grupo de inmigrantes más grande de Fredericia proviene de Siria. Por último, hay más de 1.000 inmigrantes ucranianos viviendo en Vejle.

En las citadas localidades, se van retirando progresivamente las banderas en edificios y asociaciones, para cumplir con la nueva normativa. La norma nace con excepciones notables, dedicadas a la bandera alemana, las banderas del resto de los países nórdicos Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia, así como a las de las Islas Feroe y Groenlandia. «Este es un paso en la dirección correcta y tiene un importante valor simbólico», ha celebrado Hinrich Jürgensen, presidente de la Asociación Alemana de Schleswig del Norte, que representa oficialmente a la minoría. Martin Hedegård, sin embargo, no se beneficia de excepción alguna. Fue absuelto finalmente por el Tribunal supremo, pero la bandera estadounidense no podrá seguir ondeando en su finca.