Detenidos unos padres en Pensilvania por intentar estrangular a su hijo de 16 años y forzarlo a vivir en un cobertizo sin agua potable ni comida

El joven debía hacer sus necesidades al aire libre, se le limitaban las duchas a una sola vez por semana y se le exigía cubrir sus propias necesidades alimenticias con lo que ganaba en un trabajo a tiempo parcial

Detienen a una pareja en EE.UU. por adoptar a cinco niños de raza negra y tenerlos como esclavos

Imagen de archivo REUTERS

Un caso estremecedor de abuso infantil ha sacudido al condado de Lancaster, en Pensilvania (EE.UU.), luego de que las autoridades arrestaran a una pareja acusada de haber obligado a su hijo de 16 años a vivir en condiciones absolutamente inhumanas. Darly Sensenig, de ... 41 años, y su esposa Grace, de 42, fueron detenidos tras ser señalados por someter al menor a un régimen de vida degradante e insalubre en un cobertizo, alejado de la vivienda familiar.

Según las autoridades estadounidenses, los hechos ocurrieron en Reinholds, una pequeña localidad del estado, donde los padres justificaron la expulsión del adolescente alegando «comportamientos inapropiados». Como medida, lo obligaron a residir en una estructura improvisada sin acceso a agua potable, calefacción, electricidad ni un baño funcional. El joven debía hacer sus necesidades al aire libre, se le limitaban las duchas a una sola vez por semana y, además, se le exigía cubrir sus propias necesidades alimenticias con lo que ganaba en un trabajo a tiempo parcial.

La situación se tornó aún más grave cuando un altercado violento entre el padre y el menor terminó en un intento de estrangulamiento. Fue entonces cuando el joven, temiendo por su vida, decidió llamar al 911. La intervención de los servicios de emergencia no se hizo esperar, y el adolescente fue rescatado y puesto bajo custodia protectora de familiares.

Tras la detención, ambos progenitores fueron acusados formalmente por poner en peligro el bienestar de un menor. Darly Sensenig enfrenta, además, cargos por agresión simple. Aunque han sido liberados bajo una fianza de 30.000 dólares, el proceso judicial sigue su curso y podría desembocar en penas de cárcel.

Las autoridades aseguran que el menor se encuentra en condiciones seguras y bajo evaluación psicológica para asegurar su recuperación emocional.

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