Depardieu, el icono del cine francés perseguido por violador

Depardieu fue inculpado por violación y agresiones sexuales. Siguieron otras trece revelaciones y acusaciones, de la misma índole, con variantes, entre siniestras y grotescas. Varias actrices y colaboradoras en la realización de media docena de películas cuentan la misma historia: un hombre grande, fuerte, bebido, que no duda en frotarse contra el cuerpo de las chicas con las que se cruza en un pasillo, cuando no las 'encierra' en su camerino para manosearlas, pedirles una felación, arrodilladas. Nuevas inculpaciones judiciales. Y comienzo de la desaparición pública del actor.

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Debía asegurar, en mayo y junio, la promoción de su última película, 'Umami', realizada por Slony Sow. Contrato incumplido. Sus abogados aconsejaron a Depardieu su eclipse, relativo. El actor decidió cumplir los contratos de una gira musical por toda Francia, interpretando canciones del repertorio de una leyenda nacional, Bárbara, autora e intérprete de una canción mítica, 'L'Aigle noir' ('El Águila negra', 1970). Decisión que ha hecho estallar un campo de minas, no sólo íntimas. Antes de morir, Bárbara descubrió que había sido violada por su padre. Según los mejores conocedores de la vida y la obra de la cantante, 'L'Aigle noir' sería un muy púdico recuerdo del padre, abandonando a una hija con su tristeza, su pena, su dolor.

La letra de la canción no denuncia ninguna agresión paternal. Pero cuenta el desencanto amargado de la mujer que había idealizado a un padre que la abandona a solas con su pena. En su gira por toda Francia, Depardieu cantaba o esperaba cantar 'L'Aigle noir', canción fetiche, canción simbólica, canción incendiaria, que los grupúsculos feministas han convertido en arma arrojadiza contra el actor.

En Lille, el concierto del cantante terminó como el rosario de la aurora, con las feministas dando gritos: «¡Eres un canalla, violador, el águila negra eres tú!». «¡Fuera… es indigno que un agresor y violador se apropie de una canción que recuerda a otro agresor y violador!». En Lyon, Depardieu fue recibido con un concierto de cacerolas, denunciando a las empresas que lo han contratado: «¡Es vergonzoso que se financie la carrera de un violador!». En Marsella, las feministas lo recibieron con pancartas que decían. «El águila negra es Gérard, otro violador».

Ante el riesgo de propagación del incendio, el actor ha decidido anular sus recitales en Burdeos y Chambéry, entre otras ciudades. Por vez primera en la historia de Francia, las acusaciones de violación y agresiones sexuales fuerzan a una gran figura nacional e internacional a suspender una gira musical. Primicia negra, que corre el riesgo de agravarse. La justicia debe instruir y juzgar trece o catorce casos de agresiones sexuales. La cólera feminista amenaza con perseguir a Depardieu allí donde se encuentre. Amenaza incómoda para los productores de cine.