La condena a 22 años al líder de los Proud Boys estrecha el cerco a Trump

Donald Trump se enfrenta a 94 cargos en cuatro causas diferentes. Dos de esas causas, en Washington capital y Georgia, tienen relación con el intento de interferir en el resultado de las elecciones de 2020, y, supuestamente, perpetuarse en el poder. Ayer tuvo lugar la primera visita televisada del juicio en Georgia, de la que Trump se ausentó. En ella el juez Scott McAfee solicitó a la fiscalía una estimación de cuánto tiempo llevará celebrar un juicio conjunto para todos los acusados, que son 19. La fiscalía respondió que el caso duraría cuatro meses, con más de 150 testigos. Esto supone que acabaría a principios de 2024, cuando las primarias republicanas, a las que se presenta Trump, deben comenzar. A los encausados se les acusa de tratar de revertir el resultado de las elecciones en el estado de Georgia, en el que Joe Biden ganó por un ajustado margen, para facilitar la victoria de Trump. El juez hizo esa petición a la fiscalía porque dos acusados, Kenneth Chesebro y Sidney Powell, que fueron asesores y socios de Trump, han pedido ser juzgados por separado y obtener un juicio rápido.

Trump se enfrenta a cuatro cargos en el caso de Washington, instruido por el fiscal especial Jack Smith, entre ellos tres de conspiración. El caso se centra en las falsas denuncias de Trump sobre fraude electoral, y el fiscal alega que empleó lo que el ministerio público describe como «medios ilícitos» para anular los resultados de las elecciones presidenciales con el fin de mantenerse en el poder. Como en otros casos, Trump ha declarado no culpable.

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Para los fiscales, los casos muestran una relación de causa y efecto, donde el comportamiento de Trump desde la presidencia motivó a los miembros de los grupos extremistas a descender sobre Washington y tratar de impedir la certificación de los resultados en el Capitolio por la fuerza.

La propia vicepresidenta, Kamala Harris, apuntó al expresidente directamente en unas declaraciones que recoge la agencia Ap. «He pasado la mayoría de mi carrera como fiscal», dijo Harris, quien se desempeñó como fiscal general de California antes de trasladarse a Washington como senadora de EE. UU. «Creo que las personas deben ser responsables ante la ley. Y cuando rompen la ley, deben pagar», añadió. «Que las pruebas nos conduzcan a una conclusión», añadió.

Tras la condena a Tarrio, el director del FBI, Chris Wray, al que nombró Trump para el puesto, fue más claro: «La sentencia de hoy demuestra que aquellos que intentaron socavar el funcionamiento de la democracia estadounidense serán responsables penalmente. El FBI siempre protegerá a quienes ejerzan pacíficamente sus derechos de la Primera Enmienda. Pero nunca vamos a tolerar las acciones de quienes violen nuestras leyes, y continuaremos trabajando con fiscales federales para asegurar que esos autores sean responsables».

Los casos abiertos contra Trump le complican su candidatura, aunque de momento va cómodamente por delante de los demás aspirantes republicanos. Una juez federal fijó el 4 de marzo la primera vista del juicio contra él en Washington por cargos de conspirar para anular las elecciones de 2020. El 5 de marzo tendrá lugar lo que se conoce como «supermartes», cuando 16 estados celebran primarias o caucus.

La tensión ha ido en aumento entre el fiscal especial Smith y el expresidente Trump en relación con ese caso en Washington. El fiscal ahora examina cómo Trump recaudó fondos y los empleó en tratar de anular resultados en condados en estados que ganó Biden.

Además, el martes el fiscal acusó al expresidente en una nueva moción de hacer declaraciones diarias que pueden influir sobre los miembros del jurado en Washington.