Cerca de una veintena de presos se fugan de una cárcel en el noreste de Brasil

Los hechos se producen pocos días después de que dos reclusos se escapasen de una prisión de máxima seguridad del país

Un joven sicario se fuga de la cárcel de Alcalá Meco mezclado entre familiares que le visitaban

Imágenes de la búsqueda de los dos presos fugados de una cárcel de máxima seguridad en Brasil. EFE

Un grupo de 17 presos se ha fugado este lunes de una cárcel del estado brasileño de Piauí (noreste). Los hechos han ocurrido días después de que en otro punto del país se registrara la primera fuga de reclusos de un penal considerado de «máxima ... seguridad».

Los diecisiete presidarios han huido del centro penitenciario Dom Abel Alonso Núñez, en el municipio de Bom Jesus, a unos 600 kilómetros de Teresina, la capital de Piauí, según señaló la Secretaría de Justicia regional, que ha afirmado que las causas «están siendo investigadas a través de un procedimiento administrativo».

Por el momento no se han ofrecido mayores detalles sobre lo ocurrido. Según las informaciones oficiales, «todas las fuerzas de seguridad» de Piauí «ya han entrado en acción con diligencias para recapturar a los fugitivos».

Esta nueva fuga se produce en pleno operativo federal para capturar a dos presos de «alta peligrosidad» que se fugaron la semana pasada de una cárcel de máxima seguridad, en Mossoró, en el estado de Rio Grande do Norte, también en el noreste de Brasil.

Esos dos prófugos pertenecen al Comando Vermelho, una poderosa banda criminal dedicada al tráfico de drogas y armas que nació en Río de Janeiro, pero que se ha expandido por Brasil y que cuenta con ramificaciones en otros países de Suramérica.

El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, viajó el domingo hasta Mossoró para seguir in situ los trabajos de recaptura, en la que participan alrededor de 500 agentes.

Esas fueron las primeras fugas registradas en una de las cinco cárceles federales de Brasil, todas de máxima seguridad y en las que son alojados los presos considerados de «alta peligrosidad», en su mayoría miembros de facciones criminales.

En Brasil, según datos oficiales, a finales del año pasado había 832.300 personas encarceladas, en un sistema penitenciario con graves problemas de hacinamiento y que solo tiene capacidad para 600.000 detenidos, de los cuales unos 1.500 están en penales federales.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios