Campos minados: el segundo frente de batalla en Ucrania
La lucha constante de los equipos de desminado contra un enemigo invisible y letal
Tractores con control remoto y mucha paciencia: así desminan los agricultores ucranianos sus campos para poder sembrar
Álvaro Ybarra Zavala
Enviado especial a Járkov (Ucrania)
Una pista de tierra atraviesa extensos prados repletos de flores, y, paradójicamente, sembrados de minas. Los límites están bien definidos con señales rojas, exhibiendo la imagen mortífera de una calavera. Este lugar, hasta hace poco, era escenario de brutales combates entre las fuerzas ucranianas ... y las tropas rusas invasoras. Ahora, el frente de batalla se ha reubicado a unos escasos 30 kilómetros al este, en las proximidades de Kupiansk.
Liderando el convoy, avanza una camioneta de la Unidad de Desminado de los Servicios de Emergencia de Ucrania. De los tres vehículos que conforman la caravana, es el más liviano y actúa como puntero frente a la amenaza de las minas antitanque.
Mykhaylo es quien conduce el vehículo. A su lado, en el asiento del copiloto, Serhiy, el comandante de la unidad, supervisa el camino consultando el GPS. «Aquí nos quedamos», señala Serhiy a los demás vehículos del convoy a través de la radio.
Campos minados. El segundo frente de batalla en Ucrania
Álvaro Ybarra ZavalaUn componente de una unidad de desminado del servicio de emergencia de Ucrania trabaja en un campo de minado cerca de Kupiansk
La unidad de Serhiy está formada por cinco desactivadores de minas y dos médicos que se rotan cada dos o tres meses. Aunque el equipo es muy unido y todos son originarios de la ciudad de Kharkiv, las marcas del estrés y el cansancio son evidentes en cada uno de ellos después de un año y medio de guerra. «Este trabajo no es para quienes no sienten miedo«, afirma Serhiy con firmeza. »Necesitamos gente sensata que comprenda que un solo error significa perder la vida y, probablemente, la de varios de tus compañeros«.
Proceso de identificación
Iniciamos la marcha, bajo su advertencia de no salirnos del camino. Sus hombres comienzan a inspeccionar la zona donde, según el GPS, existe un campo de minas antitanque. Trabajan con una precisión inquebrantable. En un momento, uno de los hombres de Serhiy, Mykhaylo, encuentra una posible mina. Ylia, otro miembro del equipo, marca un pequeño perímetro alrededor de la mina y comienza el peligroso proceso de identificación del artefacto.
«Aquí se necesita prudencia», nos advierte Serhiy. «Los rusos suelen colocar una mina antitanque como señuelo y debajo de ella otro explosivo que estalla cuando se manipula la mina antitanque». Un gesto de Ylia nos indica que solo es una mina antitanque y que procederá a desactivarla.
En promedio, un experto en desminado puede asegurar un área de 10 metros cuadrados al día. Este ritmo puede ser aún más lento en zonas urbanas como Kiev, Kharkiv o Kherson. El desminado de todo el territorio ucraniano tomará décadas y costará al menos 400 millones de euros al año, según el gobierno ucraniano.
Más de 1.150 víctimas mortales
Actualmente, los equipos de desminado se enfocan principalmente en limpiar ciudades y carreteras principales. Muchos campos y bosques son ahora zonas prohibidas, intransitables sin arriesgar la vida. Desde el comienzo de la guerra, al menos 1.153 civiles han fallecido en Ucrania debido a explosiones de minas, según los Servicios de Emergencia Ucranianos.
Unas horas más tarde, el equipo de desminado de Serhiy se encuentra en otra ubicación: una antigua posición rusa situada en una granja. Todo el terreno está repleto de obuses de artillería sin estallar. De forma metódica, Ylia y Leonid van trasladando las piezas de artillería hasta el camión blindado de la unidad, donde Oleksiy las almacena con precaución.«Es imprescindible un manejo delicado; estos proyectiles pueden ser volátiles», nos advierte. «A pesar de que nuestro camión está blindado y reforzado con una capa de arena y un blindaje secundario, la tensión se intensifica cada vez que tenemos que navegar por estas carreteras jalonadas de cráteres; el miedo se convierte en un compañero constante».
Sin embargo, en este antiguo emplazamiento ruso, lo que más inquieta a los integrantes de la unidad son las letales minas antipersonales tipo PFM, también apodadas «minas mariposa» o «minas pétalo». Estos dispositivos, cuya utilización supone una violación del Tratado sobre la Prohibición de Minas, poseen un nivel de peligrosidad extremo, ya que son dispersadas por cohetes de manera indiscriminada sobre un amplio radio del territorio.
Según informes de la ONG internacional Human Rights Watch, estas minas fueron empleadas por las unidades ucranianas sobre zonas ocupadas por fuerzas rusas durante la contraofensiva en la región de Izum y sus alrededores. Este uso indebido, que infringe el mencionado tratado, es también una práctica común por parte de las unidades rusas en varios puntos de la línea del frente, como es el caso de Bajhmut y el frente Zaporiyia.
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