Johnson tira la toalla en su empeño por recuperar el poder
El ex primer ministro británico abandona y deja vía libre a Sunak, favorito ante Mordaunt
Lourdes Gómez
Londres
«Hasta la vista», dijo Boris Johnson en su declaración final en el Parlamento de Westminster. Algunos interpretaron las palabras del primer ministro como una despedida temporal al control del partido conservador y el gobierno del Reino Unido, que se vio forzado a ... abandonar en julio ante la cascada de dimisiones provocadas por el torrente de escándalos bajo su mandato. Pero la renuncia al poder del ex primer ministro es de mayor calado.
El favorito de la militancia conservadora anunció anoche su retirada de la carrera para reemplazar a su sucesora, Liz Truss, como dirigente del país y de la formación de derechas. «Temo decir que es mejor que no permita que avance mi candidatura y que comprometa mi apoyo al que gane», señaló Johnson en un comunicado en el que aceptaba que «no es el momento adecuado» para dar «lo mucho que puedo ofrecer».
En su mensaje, emitido a última hora de la noche inglesa, el exmandatario se resiste a admitir su derrota en la captación de apoyos entre sus correligionarios y asegura que había alcanzado el umbral de los cien avales necesarios para entrar en la fase inicial del proceso electoral, cuyo plazo expira hoy a las 14.00 hora local (las 15.00 en la Península).
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¿Quién sucederá a Truss?
Ivannia Salazar
«Puedo confirmar que he superado la muy alta barrera de 102 nominaciones, incluidos el proponente y el garante, y podría presentar mi candidatura mañana -por hoy-», indicaba.Advertía al mismo tiempo que no cuenta con suficientes apoyos en las bancadas conservadoras y, según reconocía, «no se puede gobernar efectivamente sin un partido unido en el Parlamento».
El legado de Johnson
Johnson causó profundas divisiones en sus más de dos años al frente del Ejecutivo -desde su colosal victoria de diciembre de 2019 a su salida forzada el pasado julio - y las fisuras siguen abiertas.
Unos 50 diputados dimitieron entonces ante sus inadecuadas respuestas al torrente de escándalos, ya fueran las fiestas ilegales en Downing Street, durante la pandemia, o la protección de sospechosos de abusos sexuales y de fraude. En el horizonte cercano planea la investigación de un Comité de los Comunes sobre si mintió en la Cámara acerca de las veladas y reuniones sociales en su residencia oficial, en las que se infringieron las normas de contención del covid-19.
Un veredicto en contra de Johnson podría abocar en su suspensión temporal del Parlamento y pondría en peligro su continuidad como diputado de un distrito londinense. «Boris sería un desastre», pronosticó horas antes el secretario de Estado para Irlanda del Norte y anterior director de la facción euroescéptica radical, Steve Baker. Él y otros reconocidos ‘brexiteros’ duros reiteraban en declaraciones a los medios que no era el momento para el retorno del que consideran héroe e ingeniero de la ruptura con la Unión Europea.
Johnson culpaba veladamente a sus dos contrincantes -el exministro del Tesoro Rishi Sunak, y la actual portavoz en los Comunes, Penny Mordaunt- de frustrar su regreso a primera línea de la política británica. «Pensé que podríamos unirnos en el interés nacional, pero tristemente no hemos sido capaces de encontrar la forma de hacerlo», decía en su mensaje de renuncia al liderazgo.
Las conversaciones con los otros dos candidatos no produjeron los réditos esperados, según él mismo comunicó a sus allegados ayer. La noche anterior se había reunido en privado con Sunak sin que trascendiera el contenido de la conversación. Por la tarde, Mordaunt le hizo saber que había advertido a Johnson que no cuenta con su apoyo.
Su retirada deja la vía libre para una coronación de Sunak hoy mismo. El exministro del Tesoro, que anticipó la hecatombe financiera del plan de recortes fiscales de Truss, sumaba anoche entre 130 y 140 apoyos. Mordaunt contaba con 25, aunque puede beneficiarse del abandono de Johnson.
Si solo hay dos candidatos se llevará a cabo una ‘votación optativa’ entre el grupo parlamentario en la que el perdedor tendrá la oportunidad de retirarse y conceder la victoria a su contrincante. Si ningún candidato cede, los 170.000 afiliados del partido decidirán el resultado del pulso.
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