Un bombardeo israelí sobre un centro de desplazados en Gaza deja al menos 45 muertos, según Hamás

Las imágenes de cuerpos calcinados, un bebé decapitado y familiares desesperados intentando sacar a los suyos de morir quemados vivos provocaron la inmediata condena internacional.

Benjamín Netanyahu calificó lo sucedido de «grave error» y la responsable de asuntos legales del Ejército, general Yifat Tomer Yerushalmi, dijo que se trata de «un incidente muy serio» que está en plena investigación. Israel desoye a la CIJ y la tensión crece cada día en esta ciudad fronteriza en la que se vivió también un intercambio de disparos entre militares de Israel, que ocupan el lado palestino del paso de Rafah, y de Egipto, que acabó con un soldado egipcio muerto. La televisión pública israelí informó de que «un soldado egipcio disparó contra las fuerzas de Israel que operaban cerca de un túnel en la frontera. Los militares respondieron matando a uno de ellos e hiriendo a otros».

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El ataque aéreo israelí se produjo a última hora del domingo y el objetivo fue un campamento situado en la zona de Tal Al Sultán, cerca de un edificio de la ONU y en una de las denominadas «zonas seguras» por el Ejército, detalló la Media Luna Roja. La cifra de fallecidos podría crecer con el paso de las horas porque en la zona apenas quedan hospitales con capacidad para atender a los heridos, muchos con quemaduras graves, e Israel mantiene cerrado el paso a Egipto, lo que imposibilita evacuaciones a centros sanitarios del país vecino.

El Ejército, que no permite la entrada de prensa internacional a la Franja y ha matado a más de cien periodistas y trabajadores de medios palestinos desde el 7 de octubre, dijo que su objetivo era «un complejo de Hamás» y han emitido un comunicado en el que explican que «el ataque se llevó a cabo contra terroristas, de conformidad con el derecho internacional, utilizando municiones de precisión y basándose en información de inteligencia que indica el uso de la zona por terroristas de Hamás».

Según el Ejército, entre los muertos por el bombardeo habría dos cabecillas de Hamás. Fuentes militares citadas por 'The Jerusalem Post' explicaron que tras el bombardeo se produjo un incendio y el fuego se extendió por todo el complejo de tiendas de campaña.

La CIJ ordenó detener la operación en Rafah basándose en el «inmenso riesgo» que supone para los cientos de miles de civiles que quedan allí, pero Israel se niega a obedecer esta orden, refuerza su ataque y mantiene cerrado el cruce, la principal entrada de alimentos, agua y combustible a Gaza. Esta operación ha obligado además al desplazamiento forzoso de más de 800.000 personas a lugares en los que no hay ningún tipo de servicio mínimo para ellas.

Médicos Sin Fronteras (MSF) cuenta con un centro de estabilización de heridos en el área de Tal Al Sultán y su coordinadora en Gaza, Martina Marchio, aseguró que «ha sido una noche sangrienta. Este lunes por la tarde comenzamos a recibir un enorme número de heridos. En total, 180 personas, 28 de las cuales llegaron ya muertas». Marchio confiesa que «estamos horrorizados por estos últimos acontecimientos que demuestran, una vez más, que no hay lugar seguro en Gaza. Seguimos pidiendo insistentemente un alto al fuego inmediato y permanente».

Además del ataque contra Tal Al Sultán, Israel también atacó durante la jornada zonas con desplazados en Yabalia, Nuseirat y la Ciudad de Gaza en una serie de operaciones que dejaron más de 160 muertos, según el ministerio de Salud.

Emmanuel Macron escribió en su perfil de X que «estas operaciones deben terminar. No hay zonas seguras para los civiles palestinos en Rafah» y Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, condenó «en los términos más enérgicos» el bombardeo israelí la ciudad fronteriza con Egipto.

A esta presión exterior se le sumó un día más la de las familias de los más de cien cautivos que quedan en manos de los grupos palestinos que exigieron al gobierno un cambio de estrategia para traer de vuelta con vida a casa a sus seres queridos.

El exjefe del Ejército y miembro del gabinete de guerra, Gaby Eisenkot, pidió que «así como paramos para lograr una tregua la última vez, podemos suspender los combates y retomarlos durante el tiempo que sea necesario para lograr los objetivos de la guerra», refiriéndose a la tregua de una semana de finales de noviembre que permitió la liberación de 105 rehenes. Desde entonces Israel sólo ha logrado rescatar a dos cautivos con vida en una operación de las fuerzas especiales.