Alemania apaga hoy sus tres últimos reactores nucleares
Hoy se desconectan los tres que quedaban pendientes de cierre en Baviera, Baja Sajonia y Baden-Württemberg
Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesión«Cuando volvíamos en coche de vacaciones, veía a lo lejos la torre y ya sabía que estábamos llegando a casa», recuerda Maximilian Hohenester, de 24 años, que ha crecido a la sombra de la torre de refrigeración de 165 metros de Isar ... 2, cerca de Landshut. Tres generaciones de su familia se han ganado la vida desde 1988 en esta central nuclear, que ha dado forma y vitalidad económica a la región. «Ahora seremos aún más dependientes de países extranjeros a los que compraremos el mismo producto a un precio más caro», lamenta. La fecha del 15 de abril aparece marcada con un círculo rojo en el calendario que cuelga de la pared de su cocina y será inscrita también en los libros de historia de Alemania por tratarse del día en el que fueron desconectados sus últimos tres reactores nucleares: Isar 2 en Baviera, Emsland en Baja Sajonia y Neckarwestheim 2 en Baden-Württemberg. El final de una era energética.
Debían apagarse el 31 de diciembre de 2022, así lo dejó legislado Merkel en 2011 como reacción directa del desastre de Fukushima, pero la renuncia al gas ruso y el temor a la escasez de energía llevaron a la 'coalición semáforo', en la que Olaf Scholz gobierna con verdes y liberales, a dejarlos funcionando durante el invierno. Hoy termina esa moratoria por presión de Los Verdes, que llevan el movimiento antinuclear en su ADN político y que están siendo duramente castigados por sus votantes.
Recuperación de apoyos
Hace dos semanas, la encuesta dominical Sonntagstrend los situaba incluso por detrás de la extrema derecha de AfD, con solamente el 15%. Con este nuevo giro esperan recuperar apoyos. Socialdemócratas y liberales también descienden, pero es la caída de Los Verdes la culpable de que, a fecha de hoy, no sería posible la formación del 'gobierno semáforo'. Pero excepto Los Verdes nadie parece entusiasmado. Baviera es el más reacio de los Länder, quizá porque, según la leyenda, Franz Josef Strauss co-inventó la energía nuclear junto con el sindicato de centrales eléctricas en Erlangen. Su sucesor al frente del gobierno regional, Markus Söder, visitó la central Isar dos horas antes del cierre para pedir una vez más la extensión de la vida de los reactores. Söder no es el único al que preocupa el futuro suministro energético.
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Rosalía Sánchez
Casi dos tercios de los alemanes están en contra de cerrar las últimas tres centrales, según una encuesta realizada por YouGov para la Agencia de Prensa Alemana (DPA), el 32% desearía que siguiesen funcionando durante un período limitado, un 33% adicional está incluso a favor de extender los plazos indefinidamente y sólo el 26% cree que el cierre es correcto en este momento.
Únicamente los simpatizantes de Los Verdes están mayoritariamente a favor del cierre con el 56%. Incluso entre los votantes de la izquierda, solo el 37% quiere la desconexión. El motivo es sin duda el duro invierno que Alemania está todavía dejando atrás, con racionamiento energético y facturas del gas desenfrenadas, en medio de una transición legal en la que tanto propietarios como inquilinos se enfrentan a cambios obligatorios de sistemas de calefacción que nadie sabe exactamente cómo va a pagar. «Sencillamente, llega en mal momento», lamenta en un debate de la televisión bávara BR Julia Haider, de 30 años y que también ha crecido junto a la central nuclear Isar 2, a la que de niña se refería como la «máquina de la nube» por la enorme columna de vapor de agua que constantemente emergía de la ingente chimenea.
Julia no es partidaria de la energía nuclear porque «has escuchado lo que ocurrió en otros países, en Chernobil y en Fukushima... sabes que conlleva un riesgo y el cierre supone un poco más de seguridad». Además está la cuestión de los residuos nucleares, que permanecen como regalo envenenado para las futuras generaciones, pero aún así reconoce que «no es el mejor contexto» para llevar a cabo una decisión que pone en peligro la garantía de suministro. La decisión, en todo caso, está tomada.
Trabajo garantizado
«A partir de las 22:00 horas, reduciremos la potencia de la instalación de diez megavatios por minuto y, cuando la potencia del reactor alcance aproximadamente el 30%, no se inyectará más energía a la red de alta tensión. El reactor dejará de enviar agua presurizada a gran temperatura a la sala de máquinas y las turbinas dejarán de producir electricidad: el generador se desconectará entonces automáticamente de la red eléctrica», explica Jörg Michels, responsable del departamento nuclear de la empresa energética EnBW en Neckarwestheim, «en los días siguientes, la reacción atómica en cadena proveniente de las varillas de combustible de uranio se detendrá por completo, para permitir el enfriamiento del ciclo atómico central y permitir que se proceda al proceso de desmantelamiento». Los 450 empleados, en una localidad de 4.000 habitantes, tienen el trabajo garantizado hasta 2029, aunque la demolición se extenderá hasta 2030.
Esta secuencia hace tiritar a muchas empresas alemanas. El presidente de la Cámara de Industria y Comercio DIHK, Peter Adrian, prevé cuellos de botella en el suministro y precios de la energía todavía más altos. «Respecto a la seguridad del suministro, todavía no hemos superado la crisis anterior», dice, y apunta que aumenta el riesgo de un funcionamiento más prolongado de las centrales eléctricas de carbón.
El vicecanciller y ministro de Economía, el verde Robert Habeck, insiste en que el suministro está garantizado y defiende un «fuerte comercio energético europeo», pero incluso en los ambientes verdes hay dudas. Kerstin Andreae, presidenta de la Junta Ejecutiva de BDEW, la organización empresarial alemana para la industria de la energía y el agua, ha exigido al gobierno federal «decisiones rápidas y necesarias para un suministro seguro, asequible y amigable con el clima». »Necesitamos centrales eléctricas de gas con capacidad de hidrógeno, que proporcionen una producción segura y controlable, además de las renovables«, dice la exdiputada de Los Verdes, y avisa que »el mercado aún no ha fijado las condiciones necesarias para la expansión de centrales de sustitución«. En 2022, el 6% de la energía consumida en Alemania procedió de estas centrales. El 11% el gas, el 24% de los aerogeneradores y el 33% del carbón, la más contaminante.
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