Los agricultores polacos bloquean Varsovia en huelga contra el Pacto Verde Europeo

La policía informa que los agricultores están bloqueando además la DK 92 en ambas direcciones, cerca de la ciudad de Mory, y varios tramos de la ruta S8. Estos bloquos de carreteras se suman a los bloqueos de seis puestos de control en la frontera con Ucrania, con camiones estacionados durante toda esta smeana en Krakivets y Yahodyn. Los agricultores que protestan en Varsovia gritan consignas pidiendo la dimisión de Mikołaj Dorożała, viceministro de Clima y Medio Ambiente del nuevo gobierno de Donald Tusk.

«¿Cómo es posible que alguien que públicamente dice que está en contra de la caza deba implicarse en su regulación? ¿Esto es una broma?», se pregunta en la radio local Sławek, que ha viajado cinco horas en el autobús para llegar a la manifestación de Varsovia. Dorożała admitió en una reciente entrevista con Oko.press que, «desde el punto de vista ético, la caza es un tema difícil para mi, tengo que encontrar mi camino en esto, tengo que dejar de lado mis prejuicios personales». «Nos están asfixiando, y si el gobierno polaco no defiende a los agricultores polacos, entonces no nos sirve como gobierno», denuncia por su parte Tomek, que no trabaja en el sector pero ha acudido a la protesta «en solidaridad con la gente del campo».

La presión de agricultores y cazadores está moviendo voluntades dentro del gobierno polaco. Donald Tusk está negociando con Von der Leyen para que su país quede exento de algunas disposiciones del Pacto Verde Europeo, según confirmó el domingo el viceministro de Relaciones Exteriores, Andrzej Szejna, en una entrevista con la radio ZET. El argumento detrás de la posible exención es que Polonia es un gran mercado agrícola cercano a Ucrania, un país en guerra al que la UE tiene la disposición política de ayudar. Esto colocaría a la agricultura polaca en una situación de excepción, según los defensores del acuerdo.

Desde mediados de 2022, cuando la Comisión suspendió las barreras comerciales con Kiev como parte de los llamados corredores de solidaridad, los agricultores polacos han luchado contra la disminución de la demanda y los precios de su producción han sufrido una presión masiva por el aumento de la afluencia del grano ucraniano. La exención cubriría «todo lo posible, tanto en el marco del Pacto Verde como de la afluencia de productos importado) que causarían una perturbación permanente del mercado de uno o más países», ha explicado Szejna, «si tenemos éxito en la negociación de las demandas de Polonia (...), será la posición común de la UE».

Tusk ha anunciado la petición del Sejm a su presidente, Szymon Hołownia, para que adopte una resolución en la que se pida a la UE que impulse nuevos embargos a los productos agroalimentarios rusos. En opinión de los agricultores, sin embargo, se trata de «un cable que Bruselas tiende al gobierno de Tusk» y son «demasiado lentas», por lo que exigen que Polonia tome medidas unilaterales como bloqueos fronterizos y aranceles nacionales. «Los políticos, que han sido políticos toda su vida, son demasiado lentos y demasiado diplomáticos a la hora de expresar sus evaluaciones de la situación«», se queja Andrzej Danielak, de la Unión Polaca de Criadores y Productores Avícolas.

Las próximas consultas entre los gobiernos polaco y ucraniano están previstas para el 28 de marzo, un encuentro del que ha sido excluido el presidente Duda, afín al anterior gobierno polaco del PiS. Ucrania, por su patrte, está dispuesta a aceptar ciertas restricciones. Así lo ha hecho saber en declaraciones a Financial Times Taras Kaczka, el mnistro ucraniano de Agricultura, para poner fin a la disputa, pero a cambio exige que la UE deje de comprar productos rusos que aún llegan a Occidente a través de Bielorrusia y los estados bálticos. Kiev añade que podrían introducirse restricciones a las importaciones de productos ucranianos «durante un periodo transitorio», pero insiste en que, «en el caso del trigo, no es Ucrania la que está causando problemas a los agricultores polacos, sino Rusia».

La situación tiene ya un impacto negativo perceptible en el sector. La industria láctea ha estado hablando abiertamente de una disminución de los pedidos de hasta varias decenas de puntos porcentuales, contratos para el Este, que se cancelan porque el bloqueo fronterizo impide que las mercancías lleguen a tiempo. La participación de Ucrania en la exportación de productos lácteos representa alrededor del 3 por ciento. Agnieszka Maliszewska, directora de la Cámara Polaca de la Leche, admite que la situación de este sector es cada vez peor, porque las empresas polacas están perdiendo competitividad en el extranjero.

«Transportar un camión frigorífico a Ucrania con 20 toneladas de queso cuesta 8.000 euros, la mitad que desde Holanda, y cada vez son menos los transportistas que quieren realizar pedidos por nosotros, se está llegando al punto de que los productos polacos no aparecen en los folletos publicitarios de las cadenas que operan en Ucrania porque no hay garantía de que los productos lleguen a tiempo y prefieren no correr ningún riesgo», dice Maliszewska.