«La vida ha ido a peor en el barrio»

La fuerte presencia policial y el aspecto desolador de la calle principal, arteria que concentra el tráfico y la actividad del barrio, aportan al lugar una extraña quietud que podría confundirse con tranquilidad. No era tal el estado de ánimo de los transeúntes con los que dialogó este periódico. «No tiene sentido. Una cosa es la protesta por la muerte de Duggan; otra, esto. ¿Para qué sirve destruir las casas de la gente? », dijo Joanna Wood, una mujer de unos 24 años. Pero un muchacho de aproximadamente la misma edad que solo dio su nombre, John, le echó la culpa a la policía. «Nadie se cree lo que dijeron de Duggan. Siempre están encima de uno. Al final estas cosas terminan explotando», señaló.

El empleado de una papelería que se salvó de la violencia también acusó a la Policía, pero por exactamente lo contrario. «No hicieron nada. Dejaron que todo esto ocurriera. Nosotros terminamos pagando el precio», dice. ¿El futuro? El empleado miró en otra dirección y lanzó un suspiro. Una cliente se quejó de lo mismo, pero de otra manera. « ¿Es esto lo que va a pasar en el Reino Unido con los ajustes y recortes? ¿Es que estamos solos? No había ni un policía aquí», dijo. En cuanto al rumor de que la violencia se originó cuando una adolescente de 16 años arrojó una piedra y fue duramente reprimida por la policía, ninguno sabía. «Hay muchas historias dando vueltas», dijo el empleado.

Los entrevistados coincidieron en un punto: la situación social en Tottenham está al límite. «No hay trabajo. Las cosas están cada vez peor», dijo John, que se encuentra en paro. «Hay que resolver los problemas sociales de la gente, hay mucho desempleo, gente que no tiene nada que hacer y a la que no se le ofrece ninguna alternativa», opinó Stuart Rose. No es solo el presente de humo y desmanes. Como resultado de los incidentes, la vivienda se va a desvalorizar, disminuirá la inversión y se incrementarán los seguros. En el sombrío panorama económico actual este vandalismo no es lo que se necesita para mejorar la situación de un barrio con el dudoso privilegio de ser el de mayor desempleo en Londres.