La mitad de los franceses apoyan la vuelta política de Strauss-Kahn
Hollande y Royal aceptarían retrasar el calendario de las primarias socialistas
JUAN PEDRO QUIÑONERO
El fabuloso escándalo de Dominique Strauss-Kahn ( DSK) divide a la sociedad francesa, inquieta a la clase política y favorece espectacularmente a la extrema derecha de Marine Le Pen. Más allá de las peripecias judiciales, las revelaciones sobre la vida íntima de DSK son percibidas ... de manera radicalmente antagónica.
Según un sondeo del diario « Le Parisien », un 49 por ciento de los franceses se dicen «favorables» al retorno del dimitido director del FMI a la política nacional. Por el contrario, otro 45 por ciento se declara «desfavorable» a esa hipotética vuelta, en el caso de que la fiscalía neoyorquina retirase todos sus cargos contra el político socialista.
La misma encuesta muestra que la proporción es superior entre los simpatizantes de izquierdas, donde el 60 por ciento está a favor y el 38 por ciento en contra. E incluso la aceptación de una posible vuelta aumenta ligeramente entre quienes se definen como votantes socialistas.
Sin embargo, los socialistas no parecen tan dispuestos a que DSK trastoque el proceso de las primarias: sólo el 43 por ciento de los votantes del PS quieren que se modifique el calendario —que obliga a depositar las candidaturas antes del próximo día 13 de julio, y a que los simpatizantes del partido voten a uno de los nombres el 9 y el 16 de octubre— contra el 49 por ciento que expresa lo contrario.
Ese enfrentamiento de fondo es un riesgo político inflamable: «libre de cargos», «sospechoso» o «culpable», DSK seguirá atado a unas cacerolas biográficas que podrían convertirse en pantanoso folletín electoral.
Cautela de Sarkozy
En el Elíseo y en el PS esos riesgos se perciben como peligrosos e inflamables. La «doctrina» Sarkozy sigue siendo inmutable: «Ver, oír y callar». Los distintos escenarios de una posible vuelta de DSK a la carrera maratoniana de las próximas elecciones presidenciales oscilan entre el «rosa» favorable a Sarkozy y el «negro» azabache de un candidato aureolado de «mártir».
En el PS, la vuelta de Strauss-Kahn es percibida con callada reserva. Pierre Moscovici, fiel entre los fieles, declara: «Su vuelta puede convertirlo en un actor importante de la campaña. Pero evocar esa vuelta todavía me parece prematuro e indecente».
François Hollande y Ségolène Royal, aspirantes a la candidatura socialista, aceptarían un «aplazamiento» del calendario de las elecciones primarias, si DSK lo deseara. Martine Aubry, la tercera en discordia , aún no se ha pronunciado.
Sin embargo, DSK sigue atado a la «soga» procesal neoyorquina y su posible regreso podría hundir las aspiraciones de los tres pretendientes.
Solo Marine Le Pen contempla encantada la marcha del espectáculo. Desde la óptica de la extrema derecha, el escándalo DSK está llamado a convertirse en un fangoso tema de campaña, sea cual sea su evolución. Detalle capital, siendo el Frente Nacional la tercera fuerza política francesa.
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