La batalla de Bruselas recrudece la crisis política belga

El sábado se cumplen 300 días de negociaciones infructuosas para formar gobierno

La batalla de Bruselas recrudece la crisis política belga REUTERS

ENRIQUE SERBETO

Aunque uno no avance, es mejor no pararse. Eso es lo que se dice cada día Wouter Beke, el enésimo encargado de buscar un acuerdo entre los partidos políticos belgas. El sábado se cumplirán 300 días de negociaciones infructuosas para formar un gobierno. Desde las ... elecciones del 13 de junio pasado, el país vive esperando un desenlace que ni llega ni nadie quiere imaginar, porque el gran ganador en las urnas, el nacionalista flamenco Bart de Wever, se ha empeñado en demostrar que el país es ingobernable utilizando precisamente el poder que le han dado las urnas y con el que hasta ahora ha boicoteado cualquier posibilidad de acuerdo. En este escenario, según el cual el futuro de Bélgica depende de alguien que considera que este país no tiene futuro, los dirigentes francófonos del sur del país han decidido dar un paso fundamental, que ha sido percibido como «una grave provocación» por los nacionalistas flamencos: proclamar la federación de la región valona con Bruselas, lo que según el editorialista del diario Le Soir es una manera de «prepararse para un porvenir en el que ningún escenario, ni siquiera la dislocación del país, debe ser excluido».

Francófonos en Bruselas

De alguna manera, la decisión de los francófonos supone sacar a la luz el núcleo duro que subyace bajo el pulso entre los nacionalistas flamencos y los partidarios del mantenimiento de Bélgica, y que no es otro que el futuro de la ciudad de Bruselas. Todos los belgas saben que si los extremistas flamencos pudieran encontrar argumentos para quedarse con la capital, hace tiempo que habrían dado el paso para proclamar la independencia . Y, de hecho, uno de los elementos centrales de la reivindicación de De Wever es precisamente establecer una especie de «cogestión» del área metropolitana entre las regiones de Flandes y de Valonia, de manera que se difuminase su condición de región administrativa. La decisión de proclamar la Federación de Valonia y Bruselas es precisamente un movimiento para evitar esta posibilidad y «reafirmar el reconocimiento del mismo grado de autonomía constitutiva que las demás entidades» federales belgas, como lo describieron en un artículo conjunto los presidentes de los gobiernos de Bruselas, Charles Picque, y de Valonia, Rudy Demotte.

Para los no iniciados puede resultaFlemish Christian Democrat party (CD&V) President Wouter Beke (L) talks with Belgian King Albert II (R) at the end of their meeting at the Laeken Royal Palace in Brussels March 31, 2011. Beke has been appointed earlier this month by Belgian King Albert II, as mediator to try to break a political deadlock that has lasted nearly nine months. REUTERS/Thierry Roge (BELGIUM - Tags: POLITICS) r difícil comprender que Bruselas sea oficialmente la capital de Flandes (mientras que la de Valonia es Namur) y que esté enclavada completamente en territorio flamenco, pero entre sus habitantes predominen muy mayoritariamente los que hablan francés. La disputa por el control de la ciudad está, en efecto, en el centro de la parte más oculta de la batalla entre flamencos y valones y es por ahora el principal eslabón que mantiene la unidad de Bélgica. La declaración de esta nueva Federación Valonia-Bruselas es, en cierto modo, el comienzo de la batalla de Bruselas.

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