Zancadillas a la oposición y colas para votar, en la primera jornada de la legislativas rusas

Por otro lado, el principal líder de la oposición rusa, Alexéi Navalni , que cumple una condena de dos años y cinco meses de cárcel en una causa que él considera «amañada», ha sufrido un nuevo varapalo. Al duro revese de estar en prisión, sufrir el año pasado un intento de asesinato por envenenamiento, ver desmanteladas sus organizaciones al haber sido catalogadas de «extremistas» por la Justicia rusa y no haber podido presentar su candidatura a las actuales elecciones se ha unido ahora la eliminación de su aplicación ‘Voto inteligente’ en la AppStore de Apple y en Google Play.

Leonid Vólkov , uno de los colaboradores más estrechos del disidente en el exilio, denunció ayer a través de su cuenta de Telegram que «Google y Apple suprimieron nuestra aplicación Navalni de sus tiendas. Es decir, cedieron al chantaje del Kremlin ». Los seguidores del opositor consideran la decisión de las dos plataformas una acción de «censura política».

Navalni había llamado a la población a descargar su aplicación para conocer la forma más efectiva de realizar el ‘Voto inteligente’, procedimiento que consiste en apoyar a los candidatos de cualquier partido salvo Rusia Unida, el de Putin. Para ello, Iván Zhdánov, persona también muy próxima a Navalni, dio a conocer el miércoles los candidatos de las formaciones que hay que votar para arrebatar al partido del Kremlin el mayor número de escaños posible: 137 del Partido Comunista, 48 de los socialdemócratas de Rusia Justa, 20 de los ultranacionalistas del Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR) y 5 del partido liberal Yábloko (manzana).

La enorme preocupación ante la posibilidad de que se produzca un seguimiento masivo de las instrucciones del ‘voto inteligente’ de Navalni motivó una reunión esta semana de las autoridades rusas con los representantes de Google y Apple, que antes se habían negado a suprimir tales contenidos. Pero al final han cedido. La comisión del Senado ruso de ‘defensa de la soberanía nacional’ se congratuló ayer de la decisión adoptada por Google y Apple. Su presidente, Andréi Klímov, calificó la retirada de la aplicación del dirigente opositor de «paso en la buena dirección». Por su parte, el equipo de Navalni declaró mediante un comunicado que «tenemos a todo el Estado ruso en contra de nosotros e incluso a las grandes empresas tecnológicas, pero eso no significa que vayamos a tirar la toalla».

Lo cierto es que ninguno de los políticos más críticos con el Kremlin ha podido presentar su candidatura a las legislativas. Muchos están en prisión o arresto domiciliario y otros se han tenido que exiliar. De ahí que el ‘voto inteligente’ sea el único recurso que queda para tratar de impedir que el partido del Kremlin vuelva a obtener la mayoría absoluta, favoreciendo así lo planes futuros de Putin para continuar al mando hasta el 2036 o controlar su sucesión conservando las mayores cotas posibles de poder.

Putin llamó el jueves a los rusos a que acudan a votar. «Les pido que participen en la próxima votación, elijan el día que les convenga, a partir del 17 de septiembre. Acérquense a su colegido electoral o aproveche la posibilidad del voto electrónico a distancia. Las tecnologías modernas garantizan su seguridad y fiabilidad», dijo el primer mandatario ruso a través de un vídeo difundido por la página web del Kremlin. Él mismo, que está en cuarentena al haberse detectado «decenas» de casos de coronavirus en su entorno, utilizó ayer el voto electrónico , con lo que no se le verá acudir a su colegio electoral como es habitual.

Este formato de votación está vigente en el momento actual solamente en Moscú y en siete regiones del país. Las organizaciones de defensa de los derechos del elector ven en el voto electrónico y en las dos noches que las urnas estarán sin control de los interventores un auténtico coladero de posibles papeletas a favor de Rusia Unida.

Putin necesita que su partido conserve la mayoría absoluta más que nunca. Gracias a ello, el año pasado pudo afrontar una reforma constitucional que le concede la posibilidad de continuar en el poder dos mandatos más. Según el columnista ruso, Konstantín Eggert, el máximo dirigente ruso «podría necesitar de nuevo tal mayoría para acometer decisiones de alto calado relacionadas son su futuro político».