Yemen, la «amenaza global»
Mientras los grupos talibanes de Afganistán y Pakistán gritan venganza en sus fronteras, Al Qaida en la Península Arábiga se convierte en la amenaza global con capacidad de atentar en terceros países
MIKEL AYESTARAN
«La respuesta va a llegar y el que se la apunte abrirá la lista de homenajes al líder, Osama». Los responsables de inteligencia en Saná viven horas intensas. Desde que el pasado mes de agosto la servicios norteamericanos estimaran que Al Qaida en la ... Península Arábiga (AQPA) suponía su mayor amenaza los esfuerzos se han redoblado para intentar frenar a esta rama del grupo que ha encontrado en las provincias del interior yemeníes un santuario similar al que ofrece la frontera «Af-Pak» donde se encontraba Osama Bin Laden y donde se sitúa al actual número uno del grupo Ayman Al Zawahiri . Yemen, calificado de «amenaza global» por el presidente Barack Obama, engendra desde hace tres décadas a la bestia del integrismo islámico en lo más profundo de sus entrañas, acogida en valles y desiertos alejados de un poder central incapaz de suplir las leyes tribales que imperan en las provincias. Activistas de los derechos humanos como Abdulrahman Al Barman, acusan al presidente Alí Abdulá Saleh de «usar el factor Al Qaida para su propio interés, como un escudo para que Occidente le mantenga en el puesto a cambio de que les tenga bajo control».
Desde su nacimiento en 2009 tras la fusión de los grupos de Arabia Saudí y Yemen, AQPA ha combinado los ataques a intereses occidentales y fuerzas de seguridad en los dos países con operaciones fuera de sus fronteras tal como predicaba la teoría de Osama de atacar al «enemigo lejano».
El día de Navidad de 2009 un joven nigeriano llamado Omar Faruk Abdulmutalab intentó inmolarse en el interior del vuelo 253 la compañía Northwest Delta Airlines en el que viajaba desde Amsterdam a Detroit. Hijo de un próspero empresario, ex ministro y ex presidente del First Bank of Nigeria, y educado en caros colegios de Togo y Reino Unido, finalmente no logró hacer explotar la carga que llevaba adherida a su ropa interior gracias a la rápida reacción de los pasajeros y la tripulación, pero consiguió situar a Yemen en el ojo del huracán. Le habían cosido la bolsita con el explosivo y la jeringuilla para hacerlo detonar en el interior de los calzoncillos, bajo los testículos, muy difícil de localizar. El movimiento radical no tardó en reivindicar la acción y en pocos días lanzó una serie de amenazas contra embajadas en Saná que acabó con el cierre temporal de legaciones como la británica o la estadounidense, que ya en 2008 sufrió dos ataques.
Omar Faruk Abdulmutalab declaró haber sido adoctrinado en la provincia de Shabwa a las órdenes del clérigo Anwar al-Awlaki , uno de los tres hombres fuertes con los que cuenta AQPA, junto a Naser Abdul Karim Wahishi, uno de los 23 fugados de una cárcel de máxima seguridad yemení en febrero de 2006, y Saeed Ali Shehri, ex preso de Guantánamo. Awlaki es un ciudadano estadounidense de ascendencia yemení nacido hace 38 años en el estado de Nuevo México. Sus llamamientos a la guerra santa a través de sermones públicos o su página web son analizados por analistas y servicios de inteligencia porque en ellos marca las líneas a seguir por la organización. Awlaki se instaló definitivamente en Yemen en 2004 y en 2006 fue detenido bajo la acusación de planear un secuestro de un diplomático americano. Año y medio más tarde quedó en libertad y se reincorporó a la universidad al-Iman. Su papel activo en la web le llevó a contactar, según la agencia de inteligencia estadounidense, con el mayor Nidal Malik Hasán, americano de ascendencia palestina, militar de la base tejana de Ford Hood que en noviembre de 2009 disparó contra sus compañeros causando la muerte a trece militares e hiriendo a otros treinta.
Un año después de lo que acabó siendo conocido como «el intento de atentado del terrorista del calzoncillo», el saudí de 28 años Ibrahim Al-Asiri devolvió a Yemen a las primeras páginas mundiales. AQPA logró colar dos explosivos en paquetes enviados por vía aérea a través de las compañías FedEX y UPS. Las alarmas saltaron en los aeropuertos de Dubai y East Midlands (Reino Unido) al detectarse dos cartuchos de impresora que contenían un explosivo químico a base de tetranitrato de pentaeritritol (Pent), el mismo que usó el joven nigeriano Abdulmutalab, y todo apunta a que Al Asiri sería el cerebro en explosivos con el que cuenta el movimiento radical para sorprender con nuevas fórmulas de ataque.
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