Obama firma en Afganistán una «alianza estratégica» hasta 2024

El acuerdo tendrá validez hasta 2024 , prevé la presencia de militares estadounidenses en suelo afgano, con la misión de entrenar al Ejército de Afganistán , y permitirá las operaciones de tropas de EE.UU. contra elementos de Al Qaida. Todo un éxito que Estados Unidos no pudo conseguir en el caso de Irak.

Barack Obama, en un mensaje dirigido anoche desde Kabul a sus conciudadanos, aseguró que «han sido muchos los sacrificios y los nubarrones negros durante más de una década de guerra... y ahora, en la oscuridad que precede al alba de Afganistán, distinguimos la luz de un nuevo día apuntando en el horizonte».

Aunque queda mucho camino por recorrer, porque Bin Laden ha muerto, sí, pero su obra sigue viva. La falta de un gran atentado como respuesta al asesinato del gran líder y el éxito de las revoluciones árabes sin rastro de Al Qaida en la lucha contra los dictadores han sembrado dudas sobre el estado de «La Base». «Al Qaida es ahora como el departamento de soluciones de IBM», confesaba el exdirector de la CIA, Mike Hayden, en una conferencia que impartió un par de semanas antes de la operación «Geronimo» y cuyo contenido sigue vigente. Un servicio de «asesoría», inspiración, pero cada vez de menor financiación a grupos de todo el mundo que desean sumarse a la franquicia para fortalecer su imagen.

«Al Qaida ha recibido golpes muy duros y ha optado por la recolocación en distintas partes del mundo. En las zonas tribales apenas queda una decena de militantes puramente de la organización y su capacidad de llevar a cabo ataques a gran escala ha sido seriamente reducida», opina un experto en seguridad paquistaní que pide mantener el anonimato . Entre ese número reducido de miembros, sin embargo, se encontraría el núcleo central de la organización ahora dirigida por Ayman al Zawahiri, por cuya cabeza Estados Unidos ofrece 25 millones de dólares.

La expansión de Al Qaida pasaría hoy por cuatro zonas en las que grupos locales han abrazado sus tesis y tratan de imponer sus postulados por la fuerza. El más importante es Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA), movimiento que integra a las facciones saudí y yemení. El grupo ha aprovechado el caos interno provocado por la revuelta que ha acabado con la dictadura de Alí Abdulá Saleh y controla diferentes partes al sur del país. Al Shahab, en Somalia, Estado Islámico, en Irak, y Al Qaida en el Magreb, en el Sahel africano, completan el mapa de zonas con fuerte presencia insurgente.