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La vida se apodera de una Niza ensangrentada

«Si dejamos de vivir es que nos han ganado», comenta una dependiente que ha abierto su negocio

Lugar donde fue perpetrado el ataque, cerca del mar AFP

EFE

El centro de Niza hierve en la mañana más triste de la ciudad mediterránea francesa, horas después de la masacre que ensangrentó su paseo más famoso y de que se vivieran sus horas más trágicas.

La vida vuelve a apoderarse de la ciudad porque, ... como asegura la dependienta Annie Piveteau, «si dejamos de vivir es que nos han ganado» . Está colgada de la radio y del teléfono tras el mostrador de su tienda de souvenirs, a apenas unos pasos donde la policía científica francesa investiga, al abrigo de las miradas de los curiosos, los restos del atentado que anoche se cobró la vida de al menos 84 personas.

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