El presidente de Túnez pide un gobierno de tecnócratas para acabar con la inestabilidad social

Las soluciones al conflicto no son fáciles. El Gobierno acusa a la oposición de atizar la protesta ciudadana y la oposición acusa al Gobierno de ser el culpable de los excesos de la Policía en su enfrentamientos con los manifestantes. Y en medio de este clima enrarecido, el presidente de Túnez, Moncef Marzouki, ha reclamado la creación de un Gobierno de «competencias» formado por expertos en cada una de las materias y ajeno a la «política de cuotas» establecida en el país tras la caída del régimen de Ben Alí . Marzouki, en un discurso dirigido a la nación, ha advertido de que «el país se encuentra en una cruce de caminos» y ha instado a todas las partes, desde la ciudadanía a la jefatura de Estado, a asumir sus responsabilidades en el actual contexto, marcado por el resurgimiento del malestar social , según informa la agencia de noticias oficial TAP.

El presidente de Túnez ha pedido a todas las formaciones que apuesten por el diálogo y destierren a las «fuerzas ilegítimas que buscan instrumentalizar reivindicaciones legítimas», según Ep. En este sentido, ha señalado que la «inestabilidad» provoca «fuga de inversiones» y es precisamente este dinero el que puede solucionar «los problemas de paro y de desarrollo» planteados en algunas regiones. El actual Gobierno, liderado por Hamadi Jebali, ha demostrado un «rendimiento insuficiente» al afrontar los desafíos que atraviesa

Túnez, en opinión de Marzouki, que teme que la situación de tensión que se vive actualmente «empeore» y «se vuelva caótica». Jebali, miembro del grupo islamista Ennahda, ha descartado que vaya a dimitir y ha acusado a movimientos de izquierdas de promover los desórdenes públicos que han tenido lugar, principalmente, en la ciudad de Siliana, en el noreste del país. Más de 300 personas han resultado heridas -al menos 17 se han quedado ciegas por disparos de perdigones- por los enfrentamientos protagonizados esta semana entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

El discurso de Marzouki deja a Jebali abiertamente distanciado del presidente pero no tiene por qué suponer ningún cambio en la posición del jefe de Gobierno. La Constitución establece que el primer ministro no está obligado a acatar este tipo de llamamientos. Lo que sí está clara es la falta de sintonía entre ambos dos.