La revuelta de Tahrir se atrinchera frente a los militares

La mayor manifestación desde la caída de Mubarak exige la inmediata entrega del poder a los civiles

La revuelta de Tahrir se atrinchera frente a los militares AFP

PAULA ROSAS

La plaza Tahrir obtuvo ayer su mayoría de edad y demostró que no necesita ya de los Hermanos Musulmanes para arrastrar a cientos de miles de personas a este epicentro de la democracia popular. Los manifestantes mantuvieron su pulso a la ... junta militar en la que ha sido la mayor protesta desde la caída de Mubarak. Ni el nombramiento de un nuevo primer ministro, Kamal Ganzuri, ni la promesa del Ejército de que el jefe del Ejecutivo tendrá todas las prerrogativas necesarias para gobernar de forma independiente, surtieron efecto.

Tahrir volvió a convertirse en una fiesta , donde los únicos disparos que podían escucharse eran los esporádicos fuegos artificiales que lanzaban los manifestantes . «Nos quedaremos el tiempo que haga falta. Ya no nos vamos a dejar engañar más», aseguraba Ahmed Raafat, un joven que había acampado en las cercanías de la Mugamma, el mastodóntico edificio administrativo que ha sido testigo silencioso de los últimos cambios.

Los cánticos contra el mariscal Tantaui, jefe de la junta militar, unían a los manifestantes de Tahrir, divididos sin embargo entre la necesidad o no de retrasar las elecciones. «Yo iré a votar. Si boicoteamos los comicios puede ser peor y es posible que así no nos quitemos nunca de encima a los militares», reconocía ayer Mona Dusui, una activista egipcia. Pero no todos estaban de acuerdo.

La cita con las urnas empieza el próximo lunes 28, y ayer la junta militar anunció que los egipcios dispondrán de dos días para votar , quizá para tranquilizar a los que consideran que, en este clima de crispación, es imposible ir a los comicios de forma libre y segura. El Ejército asimismo amplió las ya de por sí complicadísimas elecciones al Parlamento, que se celebrarán en tres fases, cada una de las cuales tendrá dos vueltas. En un país con casi un 40% de analfabetismo y sin cultura democrática, los egipcios deben, además, elegir candidatos de listas abiertas y cerradas.

Con cada día que pasa, la brecha entre la plaza Tahrir y los partidos islamistas se hace más grande . Los Hermanos Musulmanes han boicoteado una protesta que consideran que «puede generar caos» y que podría perjudicarles si fuerza un retraso de los comicios. Aunque en Tahrir pudo verse ayer a muchos islamistas, y las juventudes de la Hermandad han hecho caso omiso a sus líderes, las principales fuerzas de esta tendencia han apoyado a la junta militar en su determinación a mantenerse en el poder hasta que se celebren elecciones presidenciales.

Más poder

Pero quizá la muestra que mejor escenificaba ayer este alejamiento fue el desafortunado llamamiento de los Hermanos Musulmanes a una protesta propalestina en apoyo de la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén. Sus responsables aseguraron que había sido convocada con anterioridad, pero los manifestantes de Tahrir no pudieron sino ver en esta concentración alternativa la utilización de la causa palestina para los propios fines políticos de la cofradía.

La Casa Blanca , por su parte, pidió que los militares pasen el poder a los civiles lo antes posible. Aunque por ahora apenas se ha dejado sentir la presión de Washington sobre el Ejército.

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