Hay musulmanes que creen que Al Qaida no va con ellos

Al Qaida ataca a Occidente, pero lo que busca es el cambio en los países y sociedades musulmanes. Es una amenaza física para todos nosotros. Pero su fanatismo amenaza sobre todo al modo de ser y vivir de los musulmanes. El islam suele abrazar un estilo de vida conservador, más o menos patriarcal, amante de la familia y de la tradición, que nada tiene que ver con el mesianismo brutal y oscurantista de Al Qaida. El fanatismo islamista no va a cambiar el sistema de vida de Occidente. Pero sí puede conseguirlo con el mundo musulmán, donde ya ha ensayado su locura en el Afganistán de los talibanes.

Y sin embargo, muchos musulmanes, por más extraño que les parezca el fanatismo de Al Qaida y asociados, siguen considerando que ese no es un problema suyo. Y con el fanatismo fundamentalista sólo puede acabar el islam, cuando movilice sus energías más positivas contra los que son sus principales enemigos: esos fanáticos y facinerosos islamistas.

Alberto Sotillo es redactor jefe de Internacional.