Los sondeos auguran en Francia un poder absoluto para Macron

La República en Marcha (LRM), el partido de Macron (reformista) y sus aliados del Modem (grupúsculo centrista), cuentan con un 31% de intenciones de voto. Beneficiándose del modelo electoral mayoritario a dos vueltas, ese tercio del voto pudiera dar al presidente una mayoría absoluta, de entre 395 y 425 escaños en la nueva Asamblea, de un total de 577. Creado en abril de 2016, el partido presidencial será una fuerza parlamentaria masivamente mayoritaria , dando a Macron un poder absoluto que no tienen Donald Trump ni Angela Merkel.

Mientras, Los Republicanos (LR, derecha, el partido de Nicolas Sarkozy) y la UDI (grupúsculo centrista) tendría un 22% («Le Monde») o 19% («Le Figaro») del voto. Primera fuerza de la oposición, la derecha tradicional podría tener de 95 a 115 escaños, perdiendo un centenar, pero reteniendo quizá una fuerza respetable, si no se sigue dividiendo entre partidarios y adversarios de «colaborar» con Macron, que ya tiene un primer ministro y un ministro de Economía conservadores.

El Frente Nacional (FN, extrema derecha) de Marine Le Pen tiene un 18% de intención de voto , según las estimaciones idénticas de «Le Monde» y «Le Figaro». Ese resultado llamativo de la primera ronda quedaría relativamente «laminado» en la segunda. El modelo francés favorece a los grandes partidos y recorta la influencia de los minoritarios. La extrema derecha podría pasar de 2 a 5 o 15 diputados. Victoria importante, quizá menos espectacular de lo temido.

Entre tanto, Francia insumisa (FI, extrema izquierda populista), el partido de Jean-Luc Mélenchon, podría entrar con fuerza en la Asamblea . Tendría del 11,5% («Le Monde») al 12% («Le Figaro») en la primera vuelta, más que suficiente para humillar a la izquierda histórica (socialistas y comunistas), pero insuficiente si no se alía con el PCF para conseguir entre 10 y 20 diputados en la segunda ronda.

En cambio, las intenciones para el Partido Socialista (PS) son catastróficas : entre 8,5% («Le Monde») y 7,5% («Le Figaro»). Sería el hundimiento histórico del partido refundado por François Mitterrand en 1971. Grandes personalidades procedentes del socialismo, como el ex primer ministro Manuel Valls, corren riesgo de ser eliminadas en primera vuelta. El modelo electoral y unas alambicadas alianzas podrían permitir al PS conservar de 25 a 35 escaños, de los 292 actuales , una pérdida de más de 250. Una catástrofe sin paliativos, último «legado» del mandato de François Hollande.

El PCF y los ecologistas (EELV) se cotizan como grupúsculos insignificantes , con 2% o 3% del voto.

En Francia, los sondeos y estimaciones electorales no se equivocan desde la fundación de la V República en 1958. Serán matizadas, sin duda, en la primera y la segunda vueltas, pero nadie duda del seísmo político anunciado . Las izquierdas tradicionales se hunden, las extremas derechas e izquierdas se instalan en el paisaje político y la derecha tradicional se salva, pero duda de su relación «amistosa» o «conflictiva» con la nueva fuerza nacional, LRM. En el partido de Macron cohabitan figuras de centro, derecha, centro-izquierda, centro-derecha e izquierda reformista, un imprevisible cóctel sin precedentes en Francia.