Los socialistas franceses eligen líder en plena crisis de identidad

Designarán como nuevo jefe del partido a Harlem Désir, un francés de raza negra

Los socialistas franceses eligen líder en plena crisis de identidad reuters

juan pedro quiñonero

Seis meses después de la victoria presidencial de François Hollande , cuatro meses después de su reconquista de la Asamblea Nacional, el Partido Socialista francés (PS) ha entrado en una crisis de identidad que el vespertino «Le Monde» resume de este modo: «Es el ... espectro de un partido fantasma que navega sin rumbo». Reunidos en congreso, en Toulouse, los socialistas franceses entronizarán este fin de semana a su nuevo líder, Harlem Désir (53 años). Por vez primera en la historia, un francés de raza negra estará al frente de un gran partido gubernamental.

Entre la élite socialista, Désir es un líder joven en un partido donde los «elefantes» (socialistas históricos) siguen siendo una fuerza dominante e implacable. Entre los «elefantes» (Martine Aubry, Laurent Fabius, Jack Lang), el nuevo secretario general es recibido con poco entusiasmo.

En la apertura del congreso de Toulouse solo había una figura de primera línea, Ségolène Royal (madre de los cuatro hijos de François Hollande ), lanzando un discurso del tipo mesiánico. La presidenta de la región Poitou Charante estima que los socialistas franceses deben fijarse el «objetivo» de una «nueva civilización».

Falta de perspectivas

Conscientes de que la opinión pública contempla muy inquieta la fragilidad y falta de perspectivas del gobierno de François Hollande, los «elefantes», los ministros y el jefe de Gobierno, Jean-Marc Ayrault (malparados en los sondeos), han comenzado por llegar tarde, aplazar a «más tarde» sus intervenciones.

Jean-Christophe Cambadéis , candidato derrotado por Désir al liderazgo del PS, ha sido el primero en lanzar una advertencia: «¡Debemos despertar..! ¡Debemos salir del estado de somnolencia postelectoral! Los militantes suspiran por dar guerra. Pero están esperando que alguien les proponga un plan de batalla política».

En verdad, las grandes figuras del nuevo socialismo francés se interesan poco por el congreso de su partido. Prefieren consagrarse a organizar sus respectivas guardias pretorianas.

Manuel Valls , ministro del Interior, se ha convertido en la figura política más popular de Francia. Y ha comenzado a organizar a sus amigos y fieles, dispuestos a seguirlo en la larga marcha de las elecciones presidenciales de 2017 . Pierre Moscovici , ministro de Economía, es mucho menos popular. Pero tiene las mismas ambiciones.

Ayrault, primer ministro, es un jefe de Gobierno en cuarentena. «Le Monde», «Le Figaro», «Liberation», LCI, RTL, todos los grandes medios franceses, han comenzado a especular con una crisis de Gobierno que le costaría el puesto, víctima de los malos sondeos y un rosario de menudas meteduras de pata.

Caída en picado

Así las cosas, Harlem Désir hereda el liderazgo empantanado de un partido gubernamental en busca de rumbo y aliento. Hace semanas que la izquierda hizo público su desencanto. Los ecologistas han comenzado a hacer la guerra política por su cuenta y riesgo. Hollande continúa cayendo en los sondeos. Los ministros tienen demasiados problemas personales para perder mucho tiempo en un congreso que ni les va ni les viene. Los «elefantes» socialistas han comenzado por ningunear al nuevo líder, que algo debiera decir para comenzar a existir, mañana.

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