Shimo La Tewa, la cárcel de los piratas
El buque de la Armada «Marqués de la Ensenada» entregará el viernes en Mombasa a trece piratas somalíes para ser juzgados en Kenia. ABC visita el penal de La Tewa, en el que serán internados a la espera de juicio
Prisión de máxima seguridad de Shimo La Tewa, en el puerto keniano de Mombasa. Entre sus más de un millar de «ilustres» inquilinos deben figurar unos 60 piratas somalíes que conviven apartados del resto de reclusos. Una solución improvisada por el Gobierno de Kenia -y ... a la postre por la Comunidad Internacional- para frenar la ola de piratería que sacude las aguas del Golfo de Adén, y hacia a la que se dirige el buque español «Marqués de la Ensenada».
Desde el próximo viernes y tras una semana de decisiones jurídicas kafkianas protagonizadas por el magistrado Fernando Andreu, trece nuevos piratas se unirán a esta prole de bucaneros de la prisión del puerto keniano. Esta vez, entregados por el Ejército español.
La idea de delegar en gobiernos africanos ante la incapacidad para encontrar soluciones judiciales en Occidente a la lacra de la piratería no resulta una novedad. Y para ello se han acordado con el Ejecutivo keniano mecanismos que lo hagan posible. Así, la semana pasada , las autoridades francesas entregaron a Nairobi una decena de piratas apresados en aguas del Índico en virtud de los acuerdos entre la UE y este país africano. Los mismos a los que ahora apela el Gobierno español.
Pese a contar con un permiso «oficial» del Ministerio de Asuntos Exteriores de Kenia para la entrada en el recinto carcelario, 5.000 shillings (algo menos de 50 euros) es el único formato de ticket aceptado por sus alguaciles para concedernos una visita de privilegio por sus galerías.
Desapariciones de internos
Antes de poder siquiera adentrarnos por sus puertas nos aborda un hombre que ronda la cuarentena. «En este lugar, cada noche desaparecen presos a los que nunca se les vuelve a ver», señala el sujeto. De nombre Alex Bulinda, denuncia que uno de sus familiares -encerrado por robo desde hace meses- debe dormir en el suelo, semidesnudo y junto a otros cuatro prisioneros.
Una vez dentro de este lugar «ejemplar para la Justicia keniana», el guarda Fred Masera nos hace de imperfecto Cicerone. Lo cierto es que, tras pagar cerca de 50 euros bajo mano por una visita guiada, uno espera que los comentarios del guía no se limiten a señalar las «increíbles dependencias» de un lugar que parece más una oficina reconvertida en falsa celda que un calabozo verdadero. La verborrea del resto de alguaciles tampoco deja demasiado a la imaginación. A la pregunta de cuántos de los presos de Shimo La Tewa están condenados a muerte, sus versiones oscilan desde «ninguno» a «cerca de 300», dependiendo de la conformidad o no del entrevistador al pago de una cerveza.
Sin embargo, no tienen reparos en facilitar información sobre los piratas encarcelados, a los que califican, en confidencia, de «milicianos de Al Qaida en el mar».
«Aquí sólo se habla inglés y swahili, por lo que la veintena de piratas somalíes que tenemos están apartados del resto del grupo», señalan los guardas. Pero si las cifras oficiales hablan de 64 bucaneros entregados en el puerto de Mombasa... ¿dónde está el resto? «Lo desconocemos», responden desorientados.
Trabajos forzados
Sin embargo, no todo son calamidades en Shimo La Tewa. Los presos con más «suerte» podrán salir durante algunas horas al día -siempre con su impecable traje a rayas blancas y negras- para realizar trabajos forzados.
Así, en las afueras, podrán entrever las maravillas de los hoteles y resorts de lujo para los turistas que han elegido esta parte de la ciudad para pasar sus días de asueto. Algunos de estos lujosos establecimientos, como el «Pirates Club», harían sentirse como en una nube a oficiales y marinos del «Marqués de la Ensenada», tras sus singladuras por el golfo de Adén.
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