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Sarkozy y su admiración por los hombres autoritarios

«Este elogio al despotismo vitalicio por parte de un ex jefe de Estado francés, pronunciado en un mundo árabe que lentamente se va democratizando, nos deja estupefactos. Ni siquiera sus anfitriones de los Emiratos se esperaban algo así»

Guy Sorman

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Generalmente, los hombres políticos pasan por tres fases : la conquista del poder, el ejercicio del poder y la pérdida del poder. Es raro que en el transcurso de estas tres fases se comporten de la misma manera. En la mayoría de las ocasiones, ... la discontinuidad prevalece, lo que revela la maleabilidad del hombre moderno sin convicciones: casa con su tiempo y va donde la opinión le empuje. En la década de 1950, hubo un político francés llamado Edgar Faure que, al ser calificado de «veleta» por sus adversarios, respondió: «No soy yo el que cambia, es el viento el que gira». Hace poco, esta misma semana, Nicolas Sarkozy nos ha ofrecido una manifestación exagerada, casi aterradora, del carácter voluble del político; recordemos que después de haber sido presidente, fracasó dos veces en su intento de volver al poder. Había sido invitado, a un precio muy elevado, a una conferencia en Abu Dhabi sobre las «nuevas ideas» que deberían alimentar nuestros debates, y declaró que el mundo «necesita grandes líderes» , auténticos jefes, en suma, (¿como él?) y que actualmente solo veía dos en ejercicio: Vladímir Putin y Xi Jinping en China .

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