colombia
Sandra, la viuda de «Tirofijo», en el equipo negociador de las FARC en Cuba
Era la envidia de las demás guerrilleras: dormía con todos los lujos, conducía todoterrenos y tenía una cámara digital
alejandra de vengoechea
A Sandra Ramírez , la mujer de Manuel Marulanda Vélez, alias «Tirofijo» , el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ( FARC ) muerto en 2008, los corresponsales extranjeros no la veíamos desde 2002, cuando se acabó el diálogo de paz.
Sandra era la fotógrafa del secretariado de las FARC, la mujer del comandante que murió de viejo. A Sandra los periodistas la veíamos llevándole la comida a «Tirofijo», lavándole los pies con una devoción de santa.
Verla tan sumisa en la selva fue lo que más impactó en ella. Y también que era muy joven para andar con un hombre que le triplicaba la edad y que no hablaba ni confiaba en nadie. No parecía una mujer común y corriente.
Por eso cuando hace unas semanas apareció en la mesa de negociaciones desde Cuba y firmó como Sandra García el documento conocido como acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, entre el Gobierno y las FARC, Sandra volvió a las primeras páginas.
El portal de internet recordó que fue la compañera de «Tirofijo» durante más de 28 años. Cuando él la conoció, ella era una joven campesina. Sólo hasta 1984 apareció públicamente durante el diálogo de paz con el Gobierno de Belisario Betancur que derivaron en la firma de tregua y alto el fuego que se conoció como el Acuerdo de La Uribe.
En los anteriores diálogos (1999-2002), Sandra Ramírez estuvo siempre al lado de Marulanda. Era la envidia de las demás rebeldes pues ella dormía en habitaciones con todos los lujos, manejaba jeeps 4x4, tenía una cámara digital Canon último modelo en la que guardó todo el archivo gráfico de ese entonces.
Quien estuviera al lado de Sandra tenía mejor vida en la selva. Ella fue testigo del encuentro de «Tirofijo» con el entonces presidente Andrés Pastrana (1998-2002) cuando firmaron un documento en el que se comprometían a negociar.
Sandra estuvo en todas las entrevistas y encuentros con la prensa y las delegaciones extranjeras durante los tres años que duraron las negociaciones del gobierno con las FARC. Ella tiene todo ese archivo gráfico.
Está irreconocible
Ahora está irreconocible. Delgada, con muchos años encima, otra cara, sin risa, sin su cámara de fotos colgada al cuello. Según un reportaje publicado por el diario colombiano «El Espectador», «Alfonso Cano», jefe máximo de las FARC muerto en 2011, le ordenó a Jesús Emilio Carvajalino, alias «Andrés Paris», y Ricardo Téllez, alias «Rodrigo Granda», que llevaran junto con Sandra los contactos con el Gobierno.
Transcurrieron 18 meses y tres reuniones antes de que las FARC aceptaran negociar fuera del país. La Habana, Cuba, también fue aceptada como sede permanente de las eventuales negociaciones. Así, después de establecer protocolos de seguridad con el Gobierno y protegidos por delegados de Noruega y Venezuela, a finales de enero pasado, los portavoces de las FARC aterrizaron en Cuba. Sandra, entre ellos.
Los rebeldes viven en las lujosas casas de protocolo del régimen cubano
Desde ese momento, los guerrilleros viven en las lujosas casas de protocolo que les asignó el Gobierno cubano. El diario «El Espectador» detalla que el complejo donde se alojan los comandantes guerrilleros alberga un total de 120 casas que, antes de la revolución cubana, eran las residencias de los más ricos de la isla. Las casas, rodeadas de jardines, lagos y flamencos, cuentan con aire acondicionado, comida de primera y servicio de mantenimiento las 24 horas. Para el desplazamiento de los guerrilleros por la isla, el Gobierno dispuso de una camioneta con su respectivo chófer.
Las casas, que después de la revolución pasaron a manos del Gobierno castrista, han sido destinadas para alojar delegaciones internacionales o amigos muy cercanos al régimen. En una de ellas está Sandra, la viuda de «Tirofijo».
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