Mitt Romney, contra el ajo del cocinero español
Es muy simpático y agradable dentro del pequeño grupo de amigos con los que se encuentra cómodo. Cuando está con gente que no conoce, es formal. Y si es un acto político en el que no conoce a nadie, tiene una máscara». Esta apreciación de ... un antiguo estrecho colaborador de Mitt Romney retrata bien cómo es el probable candidato republicano a la Casa Blanca. «The Real Romney», una biografía que acaban de publicar dos periodistas de «The Boston Globe», intenta precisamente descubrir al gran público la persona que hay tras la máscara. Y qué mejor para ello que repasar algunas de las anécdotas que cuenta el libro.
PRIMER BESO . Cuando Romney fue a dar el primer beso a su novia, Ann, ella le paró con una pregunta que fastidió el momento: «¿En qué creen los mormones?». Ann más tarde también ingresaría en la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, pero no sus padres. De forma que a ellos no se les permitió entrar en el templo central mormón, en Salt Lake City (Utah), para asistir a la boda religiosa. Durante su noviazgo, él vendía a sus compañeros de la Universidad de Stanford su ropa de marca para poder pagarse viajes a ver a Ann. En sus 42 años de matrimonio, en los que han tenido cinco hijos varones, aseguran nunca haber discutido. Siguen los pasos del padre de Romney, que cada día regaló una rosa fresca a su esposa.
MISIONERO MORMON . A los 19 años, Romney marchó por dos años a Francia de misión, donde logró una docena de conversiones. Él mismo reconocería que conseguir que un francés renunciara al vino —los mormones no toman alcohol ni cafeína— no fue tarea fácil: «Fui a los bares, a explicar que teníamos un mensaje de gran felicidad y que me gustaría hablar con quien tuviera unos minutos». Nada prohíbe el ajo, pero a Romney no le entusiasma, así que hizo todo lo posible por intentar que el cocinero español que les preparaba la comida redujera las dosis. No lo consiguió. En Francia tuvo un grave accidente, provocado por un cura católico que conducía un mercedes. El tiempo de misión le ayudó a no ser enviado a la guerra de Vietnam.
BIZNIETO DE POLÍGAMO . Cuatro esposas, simultáneamente, y treinta hijos tuvo su bisabuelo, Miles P. Romney, cuyos padres se convirtieron al mormonismo en Inglaterra en 1837 y emigraron a EE.UU. Cuando Washington comenzó a perseguir seriamente la poligamia de los mormones (ellos la abolirían en 1890), Miles huyó a México. Su primera esposa dejó consignado cómo sufrió por la poligamia: «Si alguna cosa puede hacer doler el corazón de una mujer es que su marido tome otra esposa. Derramé lágrimas de dolor». El padre de Romney volvió de niño a EE.UU. Atrás quedó esa rama de la familia, con la que el candidato republicano nunca se ha reunido.
CONTRA KENNEDY . Romney saltó a la política en 1994, pero fracasó en su intento de quitarle el escaño al senador Ted Kennedy. Durante la campaña, Romney paró a una mujer que se apartaba cuando él repartía saludos por la calle: «No corra, le estrecharé la mano de todos modos». La mujer se llevó la mano a la cara. «Ya sé que hoy aún no va maquillada», dijo Romney intentando quitar hierro. «Sí que voy maquillada», respondió ella. «Ah, sí, sí», fue la salida que le quedó al candidato. Desde entonces ha mejorado. Ha sido gobernador de Massachusetts y, siguiendo los pasos de su padre (gobernador de Michigan y candidato en primarias republicanas frente a Nixon), ya optó a la nominación republicana en 2008 y repite ahora.
Noticias relacionadas
Ver comentarios