Pyongyang irrumpe en la cumbre OTAN con el posible lanzamiento de un cohete

EE.UU., Corea del Sur y Japón sospechan que en realidad disparará un misil balístico de largo alcance que podría golpear las costas de Hawai o Alaska. Para terminar de enredar el asunto, unas recientes fotografías parecen confirmar que se ha instalado un satélite en el cohete, ya que su tecnología es muy similar a la que usan los misiles. Sea lo que fuere, el presidente norteamericano, Barack Obama, aseguró ayer en Londres que «cualquier lanzamiento será considerado una provocación». Durante la cumbre del G-20 en Londres, el inquilino de la Casa Blanca se reunió ayer con el presidente de Corea del Sur, el conservador Lee Myung-bak, para expresarle su apoyo.

Japón prepara los Patriot

Dentro del endurecimiento de la política que éste ha aplicado desde que subió al poder a principios del año pasado, ambos reclamaron una «acción severa y unida» de la comunidad internacional si Pyongyang dispara finalmente el cohete. Además, supondría una violación de la prohibición de la ONU que pesa sobre Corea del Norte desde que, en julio de 2006, lanzó otros misiles. Entre ellos estaba el mismo que ahora amenaza al noreste asiático, un Taepodong-2 con capacidad para llegar hasta las costas norteamericanas pero que se estrelló al poco de despegar.

Con el propósito de vigilar este nuevo lanzamiento, EE.UU. y Japón han desplegado en el mar varios destructores con tecnología AEGIS, un sistema de radar especialmente diseñado para interceptar misiles. Aunque el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, se ha mostrado reacio a derribar el cohete, Tokio ya ha montado en tierra lanzaderas con misiles defensivos Patriot. «Sólo se interceptará si amenaza directamente las vidas o propiedades del pueblo japonés», ha explicado el Ministerio de Defensa de Japòn, que ya sufrió en 1999 el lanzamiento de otro misil sobre sus aguas.

Sin embargo, Corea del Norte respondió que «si Japón abate de forma imprudente nuestro satélite pacífico, nuestro Ejército lanzará un trueno de fuego no sólo contra los medios militares ya desplegados para interceptarlo, sino contra objetivos clave».

Desde 1993, la depauperada Corea del Norte intenta desarrollar un programa nuclear que disuada a EE.UU. de derrocar su régimen. Basándose en la primacía de su política militar «songun», Pyongyang compaginó en 2006 el lanzamiento de misiles y su primer ensayo atómico con las negociaciones a seis bandas de Pekín sobre su desarme atómico.

La amenaza norcoreana planeará sobre la cena que celebrarán hoy los líderes de los 26 estados miembros de la OTAN, junto a los dos recién llegados, Croacia y Albania, en Baden-Baden (Alemania). Mañana, la Alianza Atlántica conmemorará su 60 aniversario con una cumbre en Estrasburgo (Francia), en la que se espera que anuncie una nueva estrategia para Afganistán.