Nueva York trata de volver a la normalidad tras la devastación causada por «Sandy»

La parte baja de Manhattan seguía esta noche sin luz, debido a la explosión registrada en una subestación eléctrica . El metro tardará al menos 72 horas el volver a operar con normalidad, después de resultar inundado con más de cuatro metros de agua. Los autobuses funcionan de forma limitada y coger un taxi resulta casi una misión imposible, por lo que muchos residentes optan por ir a pie, a pesar de que la distancia a recorrer no sea corta. Los responsables del transporte en la ciudad prevén anunciar este miércoles un plan de restablecimiento de todas las líneas.

A pesar de que la intención de muchos será volver al trabajo y reanudar la actividad de sus negocios, ello dependerá en parte a si son capaces de llegar a la oficina o a sus locales.

Los teatros de Broadway tenían previsto retomar la mayoría de sus espectáculos, cancelados desde el domingo por la llegada de «Sandy», que también obligó a aplazar el tradicional desfile de Halloween , previsto para el miércoles por la noche en Greenwich Village. Y los organizadores de la Maratón de Nueva York continuaban con los preparativos para celebrar la carrera el próximo domingo.

También el tráfico aéreo intenta volver a la normalidad tras la «supertormenta», que ha dejado en tierra unos 18.000 vuelos a su paso por la costa este . Los aeropuertos John Fitzgerald Kennedy (JFK) y Newark Liberty reanudarán parcialmente sus operaciones, según anunciaron las autoridades aeroportuarias de Nueva York y Nueva Jersey. El de La Guardia, el tercer aeropuerto que cubre las rutas aéreas de la ciudad de Nueva York, permanecerá cerrado, al no haberse recuperado plenamente del azote del temporal.

Además del restablecimiento de los transportes y de la reparación del sistema eléctrico, la otra prioridad para las autoridades neoyorquinas es asegurarse de que los afectados por la tormenta no sean también víctimas de actos delictivos. La Policía ha repartido esta noche linternas entre los vecinos de las zonas que permanecen a oscuras, y se han incrementado las patrullas por estas áreas para evitar que la oscuridad facilite el trabajo a los delincuentes.

Varias galerías de Manhattan optaron por contratar seguridad privada, ante el temor de que el caos que ha dejado «Sandy» pueda traer consigo episodios de «pillaje». Más de un centenar de agentes vigilaban anoche una zona de Coney Island en la que los fuertes vientos y el agua había dejado escaparates rotos, incluido el de una sucursal bancaria, informa la agencia Ap . «Estamos bien, pero al principio estábamos preocupados», explicó a la citada agencia un joven de solo 12 años mientras paseaba a su perro junto a sus padres. «Me alegro de que los policías estén aquí», concluyó.