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Monnet & Co

Macron, en Colombey

Desde el primer minuto de campaña decidió cultivar una imagen de celebridad y actuar como un meteoro que penetraba a toda velocidad en la atmósfera política

José María de Areilza Carvajal

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Para conmemorar los sesenta años de la instauración de la Quinta República, Emmanuel Macron ha viajado Colombey-les-Deux-Eglises, el pueblo donde el General De Gaulle encontraba refugio y en el que está enterrado. El actual presidente honra así al fundador de la ... Francia contemporánea y busca inspiración en el político europeo más transformador del siglo XX. Tras un ascenso fulgurante al poder Macron ha entrado en crisis. Nadie sabe si se trata de algo pasajero o es el principio del declive. Su irrupción en la política francesa desde fuera -a pesar de estar muy conectado con sus entrañas- le convirtió en un presidente joven y admirado, que despertaba grandes esperanzas, no solo en Francia. Desde el primer minuto de campaña decidió cultivar una imagen de celebridad y actuar como un meteoro que penetraba a toda velocidad en la atmósfera política. Fue capaz de ilusionar con un programa reformista, patriótico y europeo a millones de ciudadanos tentados por el populismo de los extremos. Bendecido por la eliminación de Fillon y de Valls como candidatos, aglutinó el voto anti Le Pen en la segunda vuelta. Pero el estilo de poder elegido, impaciente y jupiterino, brillante y seguro hasta bordear la soberbia, no acaba de dar sus frutos. Ha acometido algunas reformas, pero con un coste enorme para su popularidad.

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