Obama pierde a su mejor aliado en la reforma sanitaria

Ted junto a sus hermanos, John y Robert / AP

Cuando Ted Kennedy sea enterrado junto a sus hermanos en el cementerio nacional de Arlington dejará huérfana la ambiciosa reforma sanitaria que fue su gran proyecto vital y político casi desde que llegó al Senado. Kennedy ocupó la presidencia del Comité de Salud de la ... cámara, desde donde trabajó infatigablemente para lograr cobertura sanitaria para los 30 millones de ciudadanos estadounidenses que a día de hoy carecen de ella.

Es esta una batalla titánica. Fue el primer gran fracaso de Hillary Clinton. El presidente Obama ha planteado un segundo asalto que, aunque en campaña electoral parecía caer por su propio peso y ser una reivindicación fundamental de las huestes demócratas, a día de hoy es objeto de profundas contradicciones y divisiones. Mientras los lobbies industriales están unidos como una piña contra la reforma. Y lo mismo la oposición republicana, en unos casos por sincera convicción antiliberal, en otros simplemente por haber visto en este tema un filón contra el obamismo.

Los últimos globos sonda dicen que en Washington ya se resignan a no imponer una “opción pública” de salud, y que se limitarían a regular más estrechamente la actividad y la cobertura de las aseguradoras privadas, contraponiendo a estas apenas unas pálidas cooperativas sin afán de lucro, pero tampoco gubernamentales. Un Quijote muy pequeño contra molinos tan grandes. Más cuando con la muerte de Ted Kennedy, y los graves problemas de salud de otro senador, los demócratas se exponen a perder la mayoría necesaria para pilotar unas mínimas reformas en solitario .

Esto no es lo que quería Obama. Los planes del presidente se han resentido mucho en los últimos meses de que la enfermedad de Ted Kennedy le impidiera desplegar sus dotes de campeón de la salud pública, así como su incomparable carisma y habilidad negociadora en el Senado. No en vano una de sus últimas proezas fue arrastrarse a votar contra la reducción del servicio Medicaid para los pobres.

¿Habría conseguido algo? ¿O estaban los republicanos demasiado apiñados a la contra? Este es un secreto que Ted Kennedy se lleva a la tumba...en el que puede ser su último servicio a la causa. Es verdad que con él Obama pierde un aliado. Pero gana un poderoso símbolo. Si la conmoción de su pérdida gana adeptos a la reforma, el viejo león liberal habrá ganado su gran batalla –lo que él llamó “la causa de mi vida”- después de muerto.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios