Obama hace una desesperada llamada para un pacto sobre la deuda

Con un mensaje a la nación televisado en hora de máxima audiencia, el presidente estadounidense quiso arrinconar a los respublicanos , presentándolos como opuestos a un gran pacto porque solo quieren recortes del gasto sin admitir más ingresos por impuestos , aunque solo sea eliminando ciertas rebajas fiscales a las grandes fortunas. “Quieren un plan de solo recortes, sin que las grandes compañías pagen en absoluto y solo lo tengan que hacer las familias trabajadoras. Los millonarios tienen que hacer el sacrificio que todo el mundo debe hacer”, manifestó.

El presidente estadounidense pidió que la discusión se despolitice y recordó que normalmente elevar el techo de la deuda ha sido una cuestión de rutina, también con presidentes republicanos: ocurrió 18 veces durante el mandato de Ronald Reagan y siete en el de George W. Bush.

Inmediatamente después de Obama compareció ante las cámaras el principal líder republicano, John Boehner.

Obama terció en favor del plan demócrata presentado hacía unas horas en el Senado, donde tiene mayoría su partido. No es el “gran acuerdo” por el que había abogado cuando días atrás comenzaron las negociaciones, pero al menos tiene mayor alcance que el que los republicanos anunciaron poco antes en la Cámara de Representantes, donde la oposición cuenta con mayoría. El líder de éstos, John Boehner, presidente de esa cámara baja, compareció ante las cámaras justamente después que Obama para defender la validez de su propuesta.

El plan republicano en realidad es más posibilista en términos económicos , pero pondría en aprietos a Obama antes de las elecciones presidenciales del año que viene. Se trataría de subir el techo de la deuda en dos plazos. Primero hacerlo lo suficiente para asegurar la financiación del Gobierno federal lo que queda de año, a condición de aplicar unos recortes del gasto de 1,2 billones de dólares en la próxima década. Una segunda subida debería aplicarse a comienzos de 2012 de acuerdo con los parámetros que acordara una comisión especial integrada por los dos partidos, que determinaría las partidas para otro recorte del gasto en 1,8 billones de dólares.

Los demócratas rechazan un acuerdo parcial ahora que obligue a volver a discutirlo todo dentro unos meses, poniendo en aprietos a Obama antes de las elecciones. Su plan contempla acordar ya una reducción del gasto en unos 2,7 billones de dólares en diez años, a cambio de que la subida del listón de deuda ofrezca mayor margen de tiempo a Obama.

Hasta ahora, los mercados se habían mantenido expectantes , sin hacerse eco de las dificultades en Washington para llegar a un pacto. Pero ya ayer empezó a notarse un cierto nerviosismo entre los inversores, de momento controlado, pero con riesgo a dispararse si no se vislumbra una pronta solución. El índice de valores industriales del Dow Jones bajó un 0,70% .