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Las mujeres y niñas liberadas por Boko Haram son excluidas por sus comunidades

Un informe de Unicef alerta de los recelos que suscitan en sus pueblos natales al volver

Una mujer nigeriana, en un campamento de Unicef tras ser liberada AFP

EP

Las mujeres y niñas secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram se enfrentan a l rechazo y a la persecución cuando son liberadas y vuelven a sus comunidades en Nigeria, según han denunciado la organización Alerta Internacional y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) en un informe publicado este martes.

«Estos datos muestran la necesidad de trabajar más para reinsertar a estas mujeres en la sociedad tras su cautiverio. Muchas de las chicas se enfrentan al trauma de la violencia sexual y son separadas de sus familias, debemos asegurarnos de que tengan todo el apoyo necesario cuando vuelvan», ha explicado el asesor de Alerta Internacional en Nigeria, Kimairis Toogood.

Al menos 2.000 mujeres y niñas han sido secuestradas por Boko Haram desde 2012, entre las que se encuentran las más de 200 chicas que fueron secuestradas en el instituto de Chibok, en Borno, en abril de 2014, señala el informe.

Muchas de las secuestradas han experimentado violencia sexual, otras han sido entrenadas para luchar , algunas se han convertido en terroristas suicidas y otras muchas han sido retenidas en sus propias áreas de gobierno local, precisa el documento.

Exclusión social

Sin embargo, a pesar de los continuos esfuerzos del Gobierno y el Ejército de Nigeria, y de que muchas de las supervivientes han vuelto a casa, la comunidad no tiene una buena percepción de ellas ni de sus hijos nacidos como consecuencia de la violencia sexual de los milicianos de Boko Haram, lamentan Alerta y UNICEF, subrayando que su integración y regreso resultan muy complicados.

La sociedad ve a las mujeres como «esposas de Boko Haram» y «contagiosas», creen que las han radicalizado y tienen miedo de que intenten reclutar a otros cuando vuelven a casa, explica el informe.

Además, aunque las comunidades creen que con el tiempo mejorará la relación hacia estas mujeres, no lo va a hacer con sus hijos, denuncian Alerta Internacional y UNICEF. Según explican, las comunidades creen que los miembros de Boko Haram han transmitido «mala sangre» a los niños y las comunidades, e incluso algunas madres, tienen miedo de que en el futuro, cuando sean mayores, se comporten como los milicianos de Boko Haram.

El informe ha llevado a cabo el estudio en cuatro campamentos de desplazados internos en Maiduguri, la capital de Borno, en donde el 95 por ciento de los que viven allí proceden de campamentos de Boko Haram.

Según explican las dos organizaciones, los resultados de este estudio servirán para lanzar un nuevo proyecto conjunto para ayudar a rehabilitar y reducir el estigma contra la mujeres, chicas y niños relacionados con Boko Haram y para preparar a las comunidades para su reinserción.

Crisis humanitaria

Por otra parte, el informe también señala la necesidad de aumentar la asistencia humanitaria destinada a los supervivientes de Boko Haram y refugiados. Muchas mujeres y niñas, aisladas por la comunidad y por sus familias, se enfrentan a la pobreza y algunas se ven obligadas a prostituirse para mantener a sus hijos, añade el comunicado.

«Si no se cubren las necesidades de los supervivientes y regresan los refugiados, se podría añadir otra dimensión a la ya difícil situación del conflicto que vive Nigeria», ha lamentado Toogood.

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