Michel Fourniret se lleva sus secretos a la tumba

La historia del 'Ogro de las Ardenas' , así le apodó la prensa francesa por la región fronteriza con Bélgica y Luxemburgo donde cometió la mayoría de sus crímenes, comenzó en los años ochenta, pero no ocupó titulares hasta 2003. En junio de ese año fueron detenidos tanto él como su entonces mujer en Bélgica después de que una niña de 13 años, a la que habían secuestrado, consiguiera escabullirse de la camioneta en la que había sido retenida y alertar a la Policía.

Desde entonces, de eso hace ya 18 años, ha estado dando informaciones –a veces reales, a veces inventadas– a un sistema penitenciario que no ha sido capaz, según la opinión popular, de hacer justicia a las víctimas. Sus asesinatos han generado diferentes investigaciones en distintos lugares, dificultando así un trabajo conjunto que permitiese juzgar a Fourniret como un asesino en serie. Fue tal el debate que suscitó el escándalo que el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, prometió que cambiaría la ley. Para las víctimas de Fourniret, tanto las conocidas como las que aún están por confirmar, será tarde.

El reguero de muertes comenzó poco después de que Fourniret y Olivier se casaran. Para él, nacido en 1942 en Sedan y padre de cinco hijos, era su tercer matrimonio. Se habían conocido cuando este cumplía pena de cárcel por una agresión sexual a una menor. Los secuestros y los asesinatos formaron, según señaló la Justicia, parte de su relación, y no cesaron hasta su detención en 2003. Tras esta, guardaron silencio. Hasta junio de 2004, cuando la Justicia belga condenó a la mujer de otro asesino en serie y pedófilo, Marc Dutroux , a 30 años de cárcel. Fourniret estaba a punto de conseguir la libertad provisional. Las pruebas no eran lo suficientemente sólidas como para retenerle, pero la declaración de la que fuese su mujer sí.

En 2008 el matrimonio fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de siete chicas de entre 12 y 22 años (de las cuales enterró al menos dos en su elegante castillo Sautou) y secuestrar violar y violar a otras tres. Diez años después, en 2018, Fourniret fue sentenciado de nuevo a cadena perpetua por otro violento homicidio. Actualmente, estaba pendiente de otros cuatro asesinatos.

La primera condena que recayó sobre Fourniret no tuvo que ver con estos asesinatos. Se remonta a 1967. Cuando apenas tenía 25 años, fue sentenciado por agredir a una menor en las Ardenas, en el norte de Francia, de donde era originario. Sin embargo, no cumplió ni uno de los ocho meses que se impusieron. Años después, en 1984, fue nuevamente arrestado. Esta vez por una decena de agresiones sexuales desde 1981. Se le condenó a cinco años de prisión. Durante ese tiempo, fue cuando inició una relación epistolar con Olivier.

Según los fiscales del caso, Monique Olivier le ayudó a seleccionar a las víctimas. En diciembre de 1987, cuando Fourniret estaba de permiso, ella se acercó a Isabelle Laville , de 17 años, cuando esta regresaba a casa después de la escuela, recordó la BBC hace apenas unos días. Olivier la paró con la excusa de haberse perdido, y le convenció para que subiera a la furgoneta y le indicase desde el interior. Durante el trayecto, recogieron a Fourniret, quien fingió una avería en su coche.

Lo cierto es que la 'pareja diabólica', como les conocía la prensa gala, llevaba tiempo observando a la joven. Finalmente, Fourniret la violó y la asesinó. Esta fue la primera víctima de, al menos, otras ocho. Fabienne Leroy, Jeanne-Marie Desramault, Elisabeth Brichet, Natacha Danais, Celine Saison, Mananya Thumphong, Farida Hammiche, Marie-Angèle Domèce, Joanna Parrish y Estelle Mouzin son el resto de nombres marcados por este asesino en serie. Durante 16 años, la pareja colaboró en el secuestro y asesinato de niñas y mujeres entre los 12 y los 22 años en diferentes puntos de Francia y Bélgica.

Monique Olivier también tuvo que responder ante la Justicia. Se le acusó de ser de coautora de uno de los crímenes, concretamente el perpetrado en 1989 a Jeanne-Marie Desramault, y de complicidad en otros cinco. Fue condenada a 28 años de prisión.

El asesinato de Jeanne-Marie Desramault , de entonces 21 años, se antoja diferente al resto. A diferencia del de Isabelle Laville y Fabienne Leroy, acontecidos uno y dos años antes, no fue un acercamiento abrupto y violento. Cambiaron su identidad, pasaron a ser Paul y Pierrette Jadot, y se esforzaron (sobre todo ella) por encandilar a la que, para ellos, era la «encarnación de la Virgen María», recogió 'Le Figaro' en 2008.

Consiguieron crear un vínculo con la víctima, incluso le presentaron a su bebé, y, según el citado periódico, compartieron algún que otro breve viaje. Fue, de hecho, en uno de ellos cuando la pareja asaltó a la joven. Jeanne-Marie se extrañó cuando 'Paul' le preguntó por su virginidad. Confesó haber mantenido relaciones sexuales con su novio, pero esto no frenó a su atacante. Le insultó y la tiró sobre la cama para violarla, pero esta consiguió zafarse. Fue entonces cuando 'Pierrette' tomó un papel activo en su asesinato. La amordazó con elastoplast, y fue entonces cuando, en palabras de Fourniret, «el conflicto físico prevaleció sobre el deseo sexual». Le apretó el cuello hasta que, relató, vio «lágrimas de sangre»; algo considerado imposible por el forense que trabajó en el caso.

La muerte de Michel Fourniret –la cual está bajo investigación según el fiscal de París, Remy Heitz– señala a Olivier como última esperanza . Solo ella podría esclarecer secretos que el asesino confeso se ha llevado a la tumba, pero el precio podría ser demasiado alto. O no, ya que sobre ella ya pesa una condena de cadena perpetua.