La marcha de Köhler deja a Merkel sin un competente aliado contra la crisis
La marcha de Köhler deja a Merkel sin un competente aliado contra la crisis
Pocas cosas parecían funcionar en la Alemania del segundo mandato de la canciller Angela Merkel, y la presidencia de la república era una de ellas. Ya tampoco. El jefe del Estado, Horst Köhler, ha anunciado inopinadamente su dimisión por «no dañar el consenso»; un caso ... inaudito en la historia occidental... si no fuera porque ya lo hiciera en 1969 su predecesor Heinrich Lübke por similar cuestión de orgullo.
Tan repentinamente «como llegó, se va», anota el «Frankfurter Allgemeine» recordando que Köhler era todo un desconocido para el ciudadano al llegar del Fondo Monetario Internacional hace 5 años. De «huida» habla el «Spiegel», y Thomas Schmid en «Die Welt» de «humillante salida» de un jefe de Estado, que si salió de una caja de ahorros y llegó al FMI, luego «quiso recorrer su país y ser presidente de todos».
En el segundo mandato
Al final, su curiosidad, locuacidad y opinión propia, le habrían terminado echando de un sillar, que él mismo había hecho cada vez más incómodo, en el primer año de su segundo mandato. El detonante ha sido una reciente entrevista en Afganistán, en que pareció justificar la presencia alemana en la guerra mediante «el peso comercial» de una «gran potencia económica» y las obligaciones estratégicas contraídas con ello. La explicación resultó escandalosa para la bienpensante sociedad pacifista de postguerra y Köhler se ha sentido vapuleado por la oposición y abandonado por Merkel, hasta abandonar él mismo.
Ha sido una mala sorpresa para todos: la canciller se dice «conmocionada». Habría intentado todo por disuadirlo «pero no ha sido posible» y lo lamenta «profundísimamente». Köhler ha sido, para Merkel, un «importantísimo consejero» económico y financiero durante este tiempo de incertidumbre y crisis. También el vicecanciller y ministro de Exteriores recibió una llamada del presidente saliente y dice lamentarlo «de todo corazón», aunque respeta la decisión y ha querido agradecerle su trabajo al servicio de todos los ciudadanos.
El ministro principal de Baden y Württemberg, Stefan Mappus, subrayaba «la inconveniencia de que el mayor país de Europa quede descabezado en medio de la mayor crisis financiera». El ministro de Economía por ello que queda «un gran hueco» y pide a la oposición supra-partidismo. El líder de ésta y presidente socialdemócrata, Sigmar Gabriel, dijo valorar «mucho la presidencia» de Köhler, que «nunca ocultó que sería un presidente incómodo», pero culpa a los partidos del gobierno de haberlo dejado solo.
El dirigente de La Izquierda, Gregor Gysi, considera «exagerada» la dimisión, pues «también un presidente debe aceptar críticas»; pero los más críticos han sido los Verdes, calificando su presidencia como «sin perfil». Heike Göbel, columnista del Frankfurter, ve en «huida presidencial» y «poco concluyente» la explicación de un político «que había logrado un gran respeto popular» y «habría tenido una gran función cohesiva y moderadora» en la presente incertidumbre.
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