Las luchas internas en el Gobierno de Perú hacen tambalearse al primer ministro, Guido Bellido

La dura derrota que supuso la salida de Béjar para los radicales del gobierno que lidera el fundador del partido gobernante Perú Libre, Vladimir Cerrón , ha hecho que éste atice las diferencias con el presidente peruano, Pedro Castillo , lo que, según señalan a ABC fuentes conocedoras de estos movimientos, amenaza con provocar la caída del primer ministro, Guido Bellido, que forma parte del ala radical.

A través de Twitter, Cerrón indicó ayer que «defraudar las expectativas del pueblo sería hacer de este Gobierno un segundo humalismo (refiriéndose a la etapa de Ollanta Humala), continuando políticas neoliberales o incorporando a exministro de Justicia que ha empezado un sabotaje al premier anhelando ese puesto y dispuesto a conciliar lo que sea».

La gota que rebasó el vaso de la disputa entre moderados y radicales se dio cuando el presidente, Pedro Castillo, decidió la salida del exguerrillero y admirador del Che Guevara Héctor Béjar, y en su lugar nombró al diplomático de carrera y excanciller en el Gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) Óscar Maurtua de Romaña . Durante el tiempo en que fue canciller, ordenó que se retirara el embajador de Perú en Venezuela, después de que el desaparecido Hugo Chávez mostrara sus preferencias con el entonces candidato Ollanta Humala , que se disputaba la presidencia con Alan García.

La salida de Bellido, según indican las mismas fuentes, estará acompañada de los ministros de Ambiente, Ruben Ramirez; de Cultura, Ciro Gálvez; de Vivienda, Geiner Alvarado; de Trabajo, Iber Maravi, y de Energía Minas, Iván Merino, entre otros.

La salida de Iván Merino del estratégico ministerio de Energía y Minas sería la muestra más importante de la derrota de los radicales en el Gobierno de Castillo, ya que Merino es un catedrático y radical de izquierdas que, además de ser amigo personal, fue el jefe del plan de gobierno de Vladimir Cerrón, en el que muestra su alineamiento con los gobiernos de izquierda de la región, pero en la década del setenta.

Tras la salida de Béjar, Cerrón señaló que «por primera vez el pueblo puso un gobierno, dirigido por su vanguardia política Perú Libre . El Gobierno y el partido están sitiados por los poderes fácticos y en estas circunstancias cualquier disidencia es una traición».

«El nuevo canciller, Óscar Maurtua de Romaña, no representa el sentir de Perú Libre. Nuestro partido es un ente integrador y soberano, apuesta por una Latinoamérica unida, independiente, rechazando cualquier política injerencista o servil», dijo Cerrón tras alabar en sus redes sociales más de una vez a Héctor Bejar.

«Si se da el cambio de Guido Bellido como primer ministro se vería recién el norte del Gobierno de Pedro Castillo, y quién ganó entre la disputa de radicales y moderados. Lo malo para el país es que (el presidente Pedro Castillo) tuvo que tener el norte de gobierno antes de llegar el 28 de julio al poder», dijo a ABC el politólogo Iván Lanegra, que añadió: «Estamos en medio de una pandemia y toca mover al Estado que tiene grandes dimensiones sin tiempo que perder».

Según el diario ‘La república’, el 68% de los peruanos no tienen confianza en Vladimir Cerrón; el 61% lo ve «nada honesto», el 53% «nada democrático» y el 49% piensa que tiene «mucha influencia» en el gobierno de Castillo.