Las fuerzas de seguridad disparan contra los asistentes a los funerales en Siria
El entierro de las 100 víctimas del día más trágico se convirtió en otra protesta, saldada con una docena de muertos a manos de la Policía
ROBERTO GONZÁLEZ
Los funerales por las decenas de muertos del viernes, durante las protestas contra el régimen de Assad, volvieron a saldarse ayer con otra jornada trágica en Siria . Al menos doce civiles murieron tras la represión con fuego real llevada a cabo por las ... fuerzas de seguridad del régimen, según informó la organización siria de defensa de Derechos Humanos Sawasiah. Según este grupo independiente, las muertes se produjeron en Damasco y sus alrededores y en la localidad de Izraa, en el sur del país, escenario de varios actos en recuerdo de los difuntos que desde el primer momento se convirtieron en protestas contra la dictadura.
Según diversas fuentes (la presencia de la prensa extranjera está muy controlada por el gobierno, y se le impide acceder a los focos de las protestas), decenas de miles de personas participaron ayer en los funerales celebrados en varias ciudades sirias. Numerosos asistentes corearon consignas como «el pueblo quiere la caída del régimen», popularizada durante las revueltas de Túnez y de Egipto, así como «Bashar al Assad, traidor. Viva Siria, abajo Bashir».
El balance de fallecidos durante las protestas del pasado viernes podría alcanzar los 112 muertos , a falta de que se terminen de verificar los datos.
La constancia de la protesta está produciendo fisuras en el interior del régimen sirio. El diputado Jalil Al Rifaei anunció ayer que ha presentado su dimisión en señal de protesta contra las muertes de los manifestantes por los disparos de las fuerzas de seguridad. Al Rifaei es el segundo diputado que deja su puesto después de que su colega Naser al Hariri anunciara en directo su dimisión por los mismos motivos. «Las soluciones de seguridad no funcionan», indicó Rifaei. Al Hariri, por su parte, lamentó su propia incapacidad para salvaguardar a la población que se manifiesta contra el presidente Bashar al Assad. «No he podido proteger a mis hijos de los disparos traicioneros, así que no tiene sentido que siga en el Parlamento. Anuncio en este momento mi dimisión», dijo Al Hariri en declaraciones en directo a la cadena panárabe Al Yasira.
Gesto irrelevante
El mufti de la provincia de Derá —un cargo religioso nombrado por el Gobierno—, Rezq Abdulrahman Abazeid, también anunció ayer su dimisión en protesta por la muerte de manifestantes por disparos de las fuerzas de seguridad. «Me nombraron para emitir fatuas (edictos religiosos). Presento mi dimisión como consecuencia de la caída de víctimas y de mártires por disparos de la Policía», dijo Abazeid en directo a la citada televisión con sede en Qatar. «Informan a alto nivel de que no se disparará, pero la realidad no es esa», dijo el mufti. Las manifestaciones del Viernes Santo, consideradas como las mayores y más trágicas desde el comienzo de las protestas hace cinco semanas, se produjeron un día después de que el presidente sirio firmara un decreto para poner fin al estado de emergencia, vigente desde 1963, y para abolir el Tribunal de Seguridad del Estado. Los analistas conceden poco relieve práctico al levantamiento formal del estado de emergencia en Siria, que rige desde que llegó al poder el padre del actual presidente.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció que ha pedido una investigación independiente sobre la violenta represión ejercida por el régimen sirio de Bashar al Asad contra activistas y manifestantes, según informó su oficina de las Naciones Unidas.
Ban pide «una investigación independiente, transparente y efectiva de esos asesinatos».
Según el comunicado difundido por Naciones Unidas, su secretario general condenó esa violencia «contra manifestantes pacíficos en Siria, que ha matado a demasiadas personas», al tiempo que instó al régimen de Damasco a «poner fin inmediato» a esa represión.
Ban recordó a Al Assad y a las demás autoridades del país árabe que tienen la obligación de respetar la legislación internacional, incluido el derecho a la libertad de expresión, de asamblea pacífica y de prensa.
El máximo responsable de Naciones Unidas señaló que ya «había tomado nota» del levantamiento del estado de emergencia y las reformas anunciadas por Bashar al Assad, a quien recordó que «sólo el diálogo incluyente y la efectiva puesta en marcha de las reformas pueden cumplir con las legítimas aspiraciones de los sirios y asegurar la paz y el orden social».
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