Juncker considera «insatisfactorias» todas las posiciones de Londres

La lección de «doctrina» que reciben cada año los embajadores europeos en Bruselas ha coincidido precisamente con una de las semanas de plena negociación con el Reino Unido y Juncker les ha dicho claramente que al contrario de lo que quiere el gobierno británico , no se empezará a hablar de las relaciones futuras hasta que no se hayan resuelto los asuntos más delicados del Brexit. «Debe quedar claro -les dijo el presidente de la Comisión- que no se empezará ninguna negociación sobre las nuevas relaciones con el Reino Unido, comerciales o lo que sean, antes de que no se hayan resuelto todas las cuestiones referidas al artículo 50, es decir, al divorcio».

Un divorcio que empezó a tramitarse en un ambiente de incredulidad más o menos amistosa, pero que se está transformando en un trámite espinoso a causa de la actitud de los británicos que no acaban de definir cómo quieren que se produzca. La Comisión insiste en que «hay que cerrar el pasado antes de entrar en la discusión sobre el futuro» , pero los británicos quieren hablar del futuro antes de abandonar el hogar del que han decidido partir. Tal vez si en el referéndum se hubiera definido cual sería la alternativa realista a la UE, el resultado hubiera sido diferente. Pero los populistas de todos los partidos prometieron que fuera de la UE estaba la solución a todos los problemas, sin decir cómo eso sucedería.

De eso se queja también Juncker que el martes le dijo a los embajadores que ninguna de las escasas propuestas que han puesto los británicos sobre la mesa le parece adecuada. «He leido con la atención que merecen todos los documentos elaborados por el Gobierno de Su Majestad y ninguno me parece satisfactorio» les explicó, porque «quedan muchísimas preguntas sin aclarar».

Por eso tiene tanta importancia el mensaje de Michel Barnier en la misma reunión, porque supone asumir que la negociación puede acabar como el Rosario de la Aurora y sin embargo, la UE debe sobrevivir a la pérdida traumática de uno de sus miembros. Para Barnier, el principal objetivo es preservar el Mercado Único, que es la base del proceso de integración , con sus cuatro libertades (circulación de mercancías, servicios, capitales y personas) independientemente de lo que acaben decidiendo los británicos. El artículo 50 prevé que en dos años dejarán de ser miembros haya o no acuerdo en las negociaciones. Y puede que nunca lleguen a un acuerdo sobre el finiquito de las facturas pendientes, pero eso no impedirá que acaben fuera de la UE. Y en ese caso Barnier les recordó quer «el futuro de la UE es más importante que el Brexit»