Los conservadores ganan las elecciones en Irlanda
El Fine Gael, que no obtuvo mayoría absoluta, afrontará una compleja negociación con los laboristas para formar una coalición de gobierno
MARCELO JUSTO
Tres meses después del rescate de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), el histórico Fianna Fáil (liberal) sufrió una dura derrota en las elecciones generales de la República de Irlanda. Los dos grandes ganadores son su tradicional rival, el Fine Gael ( ... conservador), y el Partido Laborista, que desplazaron al Fianna Fail, fuerza política dominante desde la lucha por la independencia irlandesa, a un humillante tercer lugar. En este sentido, la victoria del Fine Gael tiene una sola mácula: a falta de una mayoría absoluta dependerá de alianzas para formar gobierno.
Con el recuento finalizado y una proyección de voto del 36,1%, el Fine Gael de Enda Kenny obtiene el mejor resultado desde 1982 y ahora puede alzarse con unos 76 de los 165 escaños en juego. En segundo lugar, el Partido Laborista alcanzaría un 20,5% de los votos, su mejor resultado de la historia, equivalente a unos 30 escaños, que lo convertiría además en la fuerza dominante en Dublín. Mientras que el Sinn Fein de Gerry Adams, logra un 10,1% de los votos, con lo que podría llevar a la Dail (parlamento) unos 15 diputados, 10 más de los que cuenta en la actualidad.
Con un voto estimado del 15,1%, el Fianna Fáil tiene el peor resultado de su historia, sumergido por el humillante rescate de la UE-FMI. Lo peor es que se queda sin nadie a quien echarle la culpa, tras haber gobernado durante los últimos 14 años.
El director de campaña, Tony Killeen, reconoció que nunca había visto «semejante volatilidad» en las pautas electorales de los irlandeses. «Es muy preocupante y, obviamente, duro para mis colegas del Fianna Fail porque muchos candidatos y diputados excelentes van a ser derrotados», dijo Killeen, quien negó que estos resultados representen el fin de un partido que ha gobernado durante la mayor parte de este siglo y del pasado.
Su socio en el gobierno, el Partido Verde, obtendría un 2,7%, suficiente para conservar alguno de sus seis diputados y evitar el infierno más temido de su dirigentes: su total desaparición. No se vislumbra ese panorama para el Fianna Fáil. El descalabro electoral podría dejar a esta formación, en el poder desde 1997, sin diputados por las doce circunscripciones dublinesas en el Parlamento nacional (Dail).
Mientras prosigue el lento escrutinio de los votos, los primeros recuentos confirman que el Fianna Fáil podría perder más de cincuenta escaños respecto a las elecciones de 2007. En las circunscripciones de la capital irlandesa, el ministro de Finanzas, Brian Lenihan; la titular de Turismo, Mary Hannafin, o el responsable de la cartera de Infancia, Barry Andrews, tendrán que esperar el cómputo de todas las transferencias de votos para saber si retendrán sus escaños. Aunque la caída es generalizada en todo el país, varios de sus candidatos sobrevivirán, sobre todo en las zonas rurales.
Los minorías se fortalecen
Una medida del impacto que la crisis ha tenido sobre las lealtades políticas tradicionales es que un 15 % del electorado se inclinó por candidatos independientes y partidos minoritarios.
La complejidad del sistema electoral irlandés ha favorecido este crecimiento de fuerzas alternativas. La representación proporcional mediante voto transferible hace que cada votante tenga la opción de apuntar en su papeleta su orden de preferencia de distintos candidatos. Ello ocasiona que en algunos distritos electorales la votación sea particularmente reñida, porque a los dos candidatos con más votos hay que sumarles las segundas, terceras y cuartas preferencias del total de electores.
En teoría, los partidarios de los grandes partidos no dan su segunda preferencia a los candidatos rivales, algo que favorece a los independientes. Por ello, en medio de la euforia que reinaba en el campo del Fine Gael, había una nota de cautela respecto a la compleja negociación que se avecina para formar una coalición. «Hay que aguardar los resultados definitivos, pero esperamos que se pueda formar una coalición para solucionar este terrible descalabro que dejó el Fianna Fail», señaló a la BBC el diputado del Fine Gael Paschal Donohe.
La negociación se impone
El líder del partido Fine Gael, Enda Kenny, es ducho en negociaciones, especialmente con el Partido Laborista. En 1994 fue uno de los principales negociadores para formar un gobierno de coalición con el partido Laborista y la izquierda democrática. En 2004, ya como líder partidario, firmó con los laboristas el pacto de Mullingar para presentar una plataforma común en las elecciones de 2007.
La «modernización» que ha impulsado Kenny, buscando convertir al Fine Gael en un partido del «centro progresista», le da margen de maniobra para formar una alianza con el Partido Laborista. Aún en el calor de la campaña, el líder de los laboristas Eamon Gilmore dejó la puerta abierta para una coalición con el Fine Gael. Pero dada la dispersión del voto y la profundidad de la crisis, nada puede darse por cierto en la República de Irlanda.
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