La guerra mediática
Si en el Líbano Israel perdió la batalla de la opinión pública, ahora la agresividad de su campaña en los medios de comunicación del mundo es comparable a la de sus F-16. Hamás contraataca con «sms»
La guerra mediática
«A menos que algo realmente dramático suceda, como un error garrafal que mate un gran número de civiles, dispondremos de tiempo suficiente para hacer lo que tenemos que hacer. No sé cuánto va a durar, pero en este momento Israel no tiene poca cuota ... de comprensión y apoyo, incluso de aprobación, de muchos países».
Las palabras corresponden a Dan Gillerman, ex embajador israelí ante la ONU y ahora uno de los cerebros encargados de dirigir la gigantesca maquinaria de comunicación oficial que Israel ha activado con ocasión de esta guerra. Una meticulosa ofensiva mediática, que era lanzada incluso antes que los F-16 sobre Gaza. Cuando la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, ordenó a todos sus funcionarios desplegar una «campaña de relaciones públicas» intensiva, con el fin de hacer calar en todo el globo las razones hebreas del ataque y fomentar el respaldo internacional a la operación.
Si la primera gran derrota de Israel en su batalla con Hizbolá fue la de la opinión pública, todos los esfuerzos se han concentrado ahora en no repetir el error. Era entonces 2006, y el potente aparato de «hasbana» israelí, -palabra que significa «explicación», pero también «propaganda»-, se encontró con que sus propios ciudadanos daban más crédito al jefe enemigo, Hassan Nasralá, que a su propio primer ministro, Ehud Olmert.
Las lecciones de aquel fracaso, contenidas en el informe de la llamada «comisión Winograd», han recomendado poner en los medios tanto ímpetu como en el campo de batalla. Y un calculado entrenamiento de portavoces y agencias de prensa oficiales -que a diario orquestan su mensaje-, unida a la inédita decisión de prohibir a los periodistas la entrada en Gaza, ha dado ya sus frutos.
«No hemos visto condenas dramáticas, sólo los consabidos llamamientos a la calma y el cese el fuego», se felicita Guillerman. Y también las estadísticas que, según un estudio israelí, reflejan que, el domingo, el conjunto de las principales televisiones del mundo -CNN, BBC, Al Yasira...- emitieron 58 minutos de entrevistas con representantes israelíes frente a 19 minutos de voces palestinas. Un sondeo del diario «Le Figaro» francés mostraba la «comprensión» del 55 por ciento de los encuestados a la postura israelí.
Con este despliegue, Israel ha logrado hacer prosperar la idea de que su bloqueo a Gaza es consecuencia del disparo de cohetes «Kassam», cuando empezó tras la victoria electoral de Hamás. O de que cumplió su tregua con los islamistas, cuando en seis meses mató a 49 palestinos. En el contraataque, Hamás empezó ayer a enviar desde sus guaridas «sms» a los israelíes: «Cohetes en todas las ciudades, los refugios no protegen». Y amenazan con «más sorpresas tecnológicas, como piratear las frecuencias de radio enemigas». David contra Goliat.
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