El Gobierno socialista portugués crea residencias universitarias para hijos de funcionarios públicos
Fuerte polémica en el país vecino porque las instituciones privilegian a unos pocos frente a la mayoría
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Iniciar sesiónEl Gobierno socialista portugués ha desatado la polémica con una medida que no tiene precedentes ni en el país vecino ni en el seno de la Unión Europea: la aprobación de residencias universitarias exclusivas para hijos de los empleados públicos. Y no, no es ... ningún proyecto… porque el primero de estos edificios acaba de abrir sus puertas en Lisboa, con una capacidad para 47 camas.
La meta del Ejecutivo luso pasa por ofrecer este servicio con vistas a favorecer a las familias con mayores dificultades dentro de este colectivo. Pero la controversia no ha hecho más que dispararse porque ese tipo de problemas los tienen decenas de ciudadanos y no disfrutan de acceso a semejante cobertura.
Es algo así como convertir a los hijos de estos trabajadores en una élite que garantiza sus prestaciones y los reafirma, mientras pueden liberarse lejos de los inconvenientes de buscar alojamiento.
Las asociaciones académicas no tienen pelos en la lengua a la hora de describir el hecho como «un acto de discriminación» y ya han anunciado que no piensan quedarse de brazos cruzados, al tiempo que los familiares del modelo socialista se benefician de una circunstancia que va en contra de la igualdad de derechos .
Tanto es así que la Federación Académica de Oporto y la de Coimbra divisan en el horizonte presentar sendos recursos en el Tribunal Administrativo si es que el Gobierno no da marcha atrás.
Se trata de un programa que forma parte de un plan más amplio , con el objetivo de transformar los edificios de los servicios sociales de las instituciones que no se usaban hasta ahora bajo la perspectiva de estos fines.
El debate está servido
Las autoridades requieren una serie de condiciones a los aspirantes, la primera de las cuales reside en que los jóvenes se desplacen a un radio máximo de 100 kilómetros alrededor de la capital portuguesa.
¿Es el camino para dar forma a un colectivo de privilegiados? El debate está servido en esta atípica pospandemia con acento luso, justo después de haber reabierto la frontera con España el pasado 1 de mayo.
La ministra de Administración pública, Alexandra Leitao, no ha dudado en proclamar su punto de vista y terciar en el revuelo. «En absoluto podemos hablar de privilegios, estamos ante una respuesta social para quien más la necesita».
Desde su atalaya, certifica Leitao que se habilitarán próximamente ‘soluciones’ de este estilo en otras zonas y ciudades lusitanas . Y señaló que, precisamente, uno de los beneficios estriba en que el proyecto arranca en Lisboa con el fin de impulsar la transición hacia la capital de quien proviene de otras latitudes y atraviesa por determinados problemas en su proceso de adaptación a la ciudad más importante del país.
A su juicio, los ataques del principal partido de la oposición conservadora, el PSD que lidera el errático Rui Rio desde Oporto, no obedecen más que a «preconceptos ideológicos contra la Administración pública y sus trabajadores».
Una clara muestra de que el intervencionismo estatal representa una de las señas de identidad de este socialismo luso al que, de momento, no parece inquietarle la perspectiva de las elecciones municipales de octubre.
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