Exteriores ve «inaceptable» y «muy grave» que Teherán retuviese al cónsul español

Junto al embajador español en Teherán, Leopoldo Stampa, y en el coche de éste, Pérez Cambra había acudido a la zona donde se desarrollaban las manifestaciones para observar sobre el terreno lo que ocurría. Tras regresar a la residencia del embajador, el chófer de éste llevó al cónsul a la Cancillería, a cuyas puertas fue asaltado por ocho policías de los servicios secretos, que llegaron a introducirse en el vehículo diplomático, violando así el Convenio de Viena.

Después, llevaron al diplomático a una comisaría para extranjeros, desde donde pudo avisar al embajador. Stampa se presentó en las dependencias policiales junto con otros dos diplomáticos de la Embajada, y tras haber puesto los hechos en conocimiento del Ministerio iraní de Exteriores, que, a su vez, envió un funcionario a la comisaría.

Pasadas dos horas, la Policía, que acusaba al cónsul de estar «en una manifestación ilegal», accedió a liberarle, pero reteniendo su teléfono móvil. El embajador se negó a ello y, tras varios momentos de tensión, los iraníes decidieron la puesta en libertad, sin cargos, de Pérez Cambra.

En Madrid, el director general para el Mediterráneo y Oriente Próximo, Juan González Barba, convocó al embajador iraní, para expresarle el malestar del Gobierno por lo que considera un hecho «muy grave», que califica de «inaceptable». Hoy se presentará en Teherán una nota verbal de protesta y se ha suspendido una visita a España que iba a hacer el director general iraní para Europa.

España ha comunicado lo sucedido a sus socios de la UE, algunos de los cuales— Suecia, Dinamarca o Alemania— han sufrido en ocasiones arrestos temporales de sus diplomáticos. Esta práctica es interpretada como un intento de amedrentar a los diplomáticos en su tarea cuando se producen movimientos contra el régimen iraní, como los de ayer.

Tanto en Teherán como en Isfahán, los agentes antidisturbios, reforzados por la Guardia Revolucionaria y la milicia islámica del basij, emplearon botes de humo, pelotas de goma y porrazos, para dispersar a los manifestantes. En la protesta de la plaza Azadi, en Teherán, según la agencia iraní Fars, una persona perdió la vida en los enfrentamientos.

Los dos líderes opositores, Mir Husein Musavi y Mehdi Kerrubi, vivieron la jornada en arresto domiciliario, pero usaron sus páginas web para denunciar «centenares de detenciones» y acusar al régimen de islámico de «hipócrita» por su apoyo oficial a las revueltas en los países árabes, mientras las reprimen en Irán.