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Viernes de protestas en la frontera con Israel

«Esperemos que Hamás no secuestre la protesta en Gaza, ni Fatah la detenga en Cisjordania»

La frontera entre Gaza e Israel se enfrenta a un nuevo viernes de movilizaciones para reclamar el derecho al retorno de los refugiados palestinos

Palestinos con neumáticos para quemarlos durante los enfrentamientos con militares israelíes este jueves Reuters
Mikel Ayestaran

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La verja de separación entre Gaza e Israel se dispone a vivir un nuevo viernes de tensión en el que los palestinos esperan reunir a decenas de miles de personas en la segunda movilización masiva de la «Marcha de retorno» , con la que reclaman el derecho de los refugiados a volver a las tierras de las que fueron expulsados cuando se creó el Estado de Israel.

En las últimas 24 horas han muerto otros dos manifestantes. Uno de ellos permanecía ingresado en un hospital de la Franja desde hace una semana y el otro fue alcanzado desde el aire cuando se acercaba a la verja armado, según el ejército, y ya son 18 los fallecidos y más de mil los heridos, la mayoría por fuego real. Ante las críticas de un uso excesivo de la fuerza, los israelíes aseguran que se limitan a defender su frontera y el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, insistió en que «si hay provocaciones, habrá una dura reacción, como la semana pasada. No tenemos intención de cambiar las consignas de tiro, seguimos en la misma línea».

La actividad es frenética en las oficinas de los organizadores, que quieren que esta jornada se dedique «a los mártires que hemos sufrido hasta el momento», apunta el activista gazatí Salah Abdel Ati, miembro del Comité Popular que dirige las protestas. Este abogado de ojos vidriosos, apenas duerme seguidas dos horas al día, fuma de forma compulsiva y entre llamada y llamada reflexiona en voz alta para pedir a los manifestantes que sean «pacíficos, que no tiren una sola piedra, que no den un motivo mínimo a los soldados para que abran fuego porque no queremos más mártires».

Un discurso que contrasta con esa mezcla de desesperación y rabia de los más jóvenes que se tapan las caras con kufiyas y se acercan a la verja de separación con piedras y cócteles molotov . Este sector más joven ha convertido la «marcha de los mártires» en una especie de «día de las ruedas» y anuncia que quemarán miles de neumáticos junto a la frontera para dificultar el trabajo de los francotiradores .

Salah Abdel Ati es una voz crítica con las grandes facciones palestinas y cruza los dedos para que Hamás no intente secuestrar la protesta, ni Fatah la intente detener en Cisjordania. Queremos que esto sea algo puramente de los palestinos, sin divisiones políticas, y que se extienda a todos los territorios ocupados, no solo a la Franja». Un mensaje y una forma de resistencia que no se había puesto en práctica hasta ahora y a la que le llega el turno tras la falta de avances tras apostar por la lucha armada, en el caso de Hamás, o de la negociación con Israel, como lo intentó Fatah.

Hamás y la tercera vía

A pocos metros de la oficina de Salah Abdel Ati, trabaja Ahmed Yousef, dirigente de Hamás, exasesor de Ismael Haniye , y uno de los rostros amables del grupo islamista. En el Comité Popular organizador de la «Marcha del retorno» están representados diferentes movimientos sociales palestinos, pero también las dos facciones enfrentadas. Hasta el momento no se han visto banderas amarillas (Fatah), ni verdes (Hamás) en las cinco acampadas levantas a lo largo de los 65 kilómetros de frontera y solo la enseña nacional palestina ondea en las tiendas.

«Estamos contentos con la unidad mostrada en esta movilización pacífica. Israel no tiene justificación para usar tanta violencia y al abrir fuego han perdido la batalla mediática», piensa Ahmed Yousef, quien cita a Mahatma Gandhi, Nelson Mandela y Martin Luther King como ejemplos a seguir y confiesa que «después de tres guerras, que han dejado tanta muerte y destrucción, debíamos intentar algo diferente a la resistencia armada y esta protesta es una especie de tercera vía».

El despacho de este veterano dirigente islamista es un ir y venir de periodistas locales e internacionales y Yousef, en perfecto inglés, tiene estudiado un discurso en el que cuando se pone sobre la mesa la muerte de varios milicianos de Hamás y Yihad Islámica el pasado viernes, responde que «estaban en la marcha como palestinos, no como combatientes. Iban con sus hijos de la mano. ¿Cuántos soldados han resultado heridos en la última semana? ¿Cuántos palestinos han muerto o están heridos de bala? Las respuestas a estas preguntas dejan muy claro qué lado es el violento».

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