Un empleado de banca suizo entrega a Francia una lista de miles de evasores
Estamos ante una de las historias más rocambolesca de la lucha contra la evasión fiscal en Francia. En enero de 2008, la Policía suiza pidió colaboración a la francesa para detener a un empleado de la filial suiza del banco inglés HSBC, que se había ... fugado a la Costa Azul. Llevaba unas listas bancarias con las que deseaba sacar tajada en el Líbano. Era el «banquero» Hervé X (de 37 años), que al parecer contaba con la complicidad de una franco-libanesa empleada en la misma entidad bancaria.
Un fiscal de Niza, competente para instruir un caso de ese tipo, ordenó la búsqueda y captura del sospechoso, que no tardó en ser detenido. Antes o después de la detención, sin embargo, ese mismo personaje se había presentado oficiosamente en el Ministerio de Finanzas francés, para entregar, «sin cobrar ni exigir nada», una preciosa relación de 3.000 o 4.000 franceses con cuentas numeradas (secretas) en Suiza.
Un alto funcionario del servicio de fraudes fiscales interrogó durante varios días al ex empleado bancario. Llegó a la conclusión de que su informe era verídico. Por su parte, al mismo tiempo, el fiscal de Niza siguió su trabajo. Descubrió que unos 600 sospechosos, con cuentas en Suiza, residían en la Costa Azul.
Hace semanas, el ministro francés del Presupuesto lanzó una advertencia pública. Dijo que el Gobierno tenía una relación de 3.000 sospechosos de evasión fiscal, a quienes se invitaba a regularizar su situación antes del próximo 31 de diciembre.
El anuncio gubernamental fue denunciado como un «chantaje» y una «maniobra». Finalmente, las filtraciones judiciales han permitido confirmar que, en efecto, el ex banquero suizo vive protegido por la Policía francesa, en la Costa Azul, y que huye de la Policía suiza, que lo busca por robo y difusión de documentos confidenciales.
Guante blanco
Tras un primer desmentido, nada creíble, Eric Woerth, ministro del Presupuesto, ha reconocido que los servicios de la lucha contra el fraude fiscal se han beneficiado total o parcialmente de la lista robada y facilitada, «sin pago de ningún tipo», por un «ladrón de guante blanco, informático».
Las filtraciones oficiosas evalúan entre 3.000 y 6.000 millones de euros el montante de los haberes refugiados en Suiza para eludir el pago de impuestos en Francia. Woerth no ha querido dar una cifra concreta, pero sí ha pasado del desmentido al ataque: «Nuestra primera fuente no ha sido remunerada. El ex empleado de un banco, en Suiza, se presentó voluntariamente a nuestros servicios. Y no ha sido remunerado por sus informaciones, que se han confirmado como muy fiables. A estas alturas, lo que sería chocante es no utilizar esas informaciones. Mis servicios están analizando unos 1.400 expedientes. Y, de entrada, ya es posible afirmar que haremos entrar unos 500 millones de euros de impuestos, recobrados inesperadamente».
Quedan en suspenso varios problemas de tipo policial, jurídico y diplomático. El empleado de banca que ha ofrecido a Francia una lista robada, pirateando el servicio informático de la empresa donde trabajaba, está perseguido por la Policía suiza. Pero, por ahora, se beneficia de la protección que le ofrece oficiosamente el Ministerio del Interior francés.
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