El G7 eleva la presión sobre Putin y prepara un 'Plan Marshall' para la reconstrucción de Ucrania

De esta reunión salen nuevas sanciones contra Rusia , como la interrupción de las cadenas de suministro de material militar a Moscú y el embargo al oro ruso , además de la determinación de que «las sanciones continuarán hasta que Putin firme la paz con Ucrania» y no cuando entre en vigor el primer alto el fuego.

Durante el posado para la foto de familia, Boris Johnson bromeó sobre la posibilidad de quitarse las camisas y «mostrar pectorales» , para demostrar que no le tienen miedo a Putin. La oportunidad para decírselo cara a cara al presidente ruso podría llegar en la próxima reunión del G20, que se celebrarán en Bali en noviembre y a la que se han comprometido a asistir aunque vaya Putin. Sin embargo, la organización de esa reunión, ha descartado por ahora la presencia física del presidente ruso.

En el documento final, se comprometen a estudiar un precio tope a las importaciones de gas y petróleo de Rusia, aunque tanto Alemania como la UE ven problemática su aplicación. «Ahora es aún más importante tener amigos cercanos y aliados en todo el mundo », ha dicho el canciller alemán, que se ha comprometido a organizar antes de final de año una conferencia de donantes para hacer posible la rápida reconstrucción de Ucrania en cuanto termine la guerra.

El G7 se despide con un calendario de trabajo ajustado a las declaraciones del presidente ucraniano Zelenski , que en una conexión por videoconferencia les ha descrito sus intenciones de terminar con la guerra antes del invierno . «Pero ahora es todavía demasiado pronto para negociar con Rusia, porque todavía necesitamos reforzar nuestras posiciones», añadió, al tiempo que pedía apoyo «ilimitado» hasta que llegue el momento. Y lo consiguió. El G7 ha añadido ayuda financiera a Ucrania por valor de 29.000 millones y soporte externo «durante el tiempo que sea necesario».

En ss conclusiones, Scholz ha destacado también «el gran poder de las alianzas democráticas », a las que ha sumado a India, Indonesia, Argentina, Senegal y Sudáfrica, países invitados a la cumbre y agasajados por el G7 con un gran plan de inversiones en infraestructuras con el que esperan fidelizar a grandes economías emergentes del sur.

«Está claro que el peso y la influencia relativa de las economías del sur habrá crecido significativamente en un futuro próximo, pongamos en 2050, y esperamos que esa nueva influencia sea para bien del mundo, para una sociedad global multipolar que trabaje de forma multilateral , juntos por el bien de todos», ha descrito el paraíso que desearía diseñar el G7, un Edén en el que las nuevas economías se sientan más cercanas a lo que hoy es Occidente que a Rusia y China.

El documento de la cumbre incluye, por cierto, acusaciones a China de «prácticas que distorsionan la economía global» y los países del G7 se han comprometido a compartir en el futuro información sobre este tipo de acciones, además de afirmar que buscarán «reducir la dependencia estratégica» de China.

«Con respecto al papel de China en la economía global, estamos consultando sobre estrategias colectivas, más allá del G7, frente a los desafíos que representan políticas y prácticas que distorsionan la economía global», dice el párrafo, «vamos a construir un conocimiento compartido sobre las prácticas no transparentes de China y las intervenciones que distorsionan el mercado».

El canciller anunció también una acción conjunta contra el hambre en el mundo. Los países del G7 invertirán 5.000 millones en este apartado, cantidad menor que las destinadas a otros fines y justificada por Scholz como «un importante ladrillo en un muro que hemos de construir entre todos , no solamente en este foro».

Asegura que el G7 no pierde de vista las tareas a largo plazo, como la protección del clima y reafirma los objetivos claros del G7 de reducir la dependencia del petróleo y el gas de Rusia, así como promover la expansión de las energías renovables, celebrando el acuerdo para su propuesta, la fundación del llamado 'Club del Clima' a finales de año. Pero el hecho es que diluyeron una promesa clave para poner fin a la financiación de los combustibles fósiles.

Como presidente por turno del G7, el canciller ha enfatizado la necesidad de «estas conversaciones bilaterales directas, que van mucho más allá de leer informes o compartir declaraciones, y la importancia de las cumbres». «Se ha desarrollado una gran confianza distendida entre nosotros y nos ayudará mucho en el futuro cercano», ha asegurado.