El Ejército advierte de que las milicias chavistas no pueden ir por libre

El Plan República es el encargado siempre de velar por el orden y seguridad del procedimiento en las elecciones. Por primera vez, habrá unidades de la Milicia, de clara obediencia chavista, además del normal despliegue de las Fuerzas Armadas, entre las que existe menor unidad ideológica, con mandos menos proclives a una defensa a ultranza del chavismo.

Del comandante general de la Milicia, Gustavo González López , dependen las REMI, las células en parte armadas que diversas fuentes apuntan como el brazo subversivo de Chávez en estas elecciones.

Ya la pasada semana, y tras lo publicado por este diario sobre el entrenamiento de cuadrillas armadas para prevenir un final electoral adverso a Chávez, el jefe del Comando Estratégico Operacional, general Wilmer Barrientos , aseguró que la «Fuerza Armada actuará contundentemente ante cualquier foco de violencia, venga de donde venga».

Las Fuerzas Armadas se han visto obligadas a compartir su papel de garante del proceso electoral que establece la Constitución con la Milicia. Esta controlará el 49 por ciento de los centros electorales, precisamente los más afines a la oposición; el 51 por ciento corresponderá a los militares.

La Milicia fue creada por Chávez en 2005 como cuerpo autónomo y está compuesta por civiles uniformados y armados. El objetivo es alcanzar los 1,2 millones de efectivos en 2013 y los 2 millones en 2018. Unos 400.000 miembros han sido enviados a Cuba y 600 a Bielorrusia para su formación.

«Algo extraño planifica el Gobierno», asegura Mario Iván Carratú, exjefe de la Casa Militar y vicealmirante de la Armada en la reserva. «Son paramilitares uniformados de verde que no han tenido tiempo de preparación suficiente y a los que se asigna una función anticonstitucional», afirma.

Carratú también desconfía de la Guardia Nacional, cuyo plan de contingencia para tomar control de Caracas el día electoral ya fue desvelado por ABC.

Al jefe de la Milicia reporta directamente el responsable de las Redes de Movilización Inmediata (REMI), Carlos Lanz, un radical que siempre ha defendido la violencia como táctica.

En los años 60 y 70, Lanz participó en robos de bancos y lideró el secuestro del industrial William Frank Niehous , el más largo en la historia de Venezuela, por el que fue condenado a prisión y sobre el que luego se vanaglorió en un libro. Ha mantenido estrechos contactos con Irán, cuya fuerza Basij inspira tanto las REMI como la Milicia. El general iraní Mohamed Reza Naqdi , jefe de la Basij, fue condecorado hace dos años en Venezuela.